La limpia de militares promovida por Miguel Treviño de Hoyos al llegar a la alcaldía de San Pedro Garza García, originó el distanciamiento y la falta de coordinación en materia de seguridad entre el municipio y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En el trienio pasado, la cercanía entre la administración de Mauricio Fernández Garza y el Ejército Mexicano era tan estrecha que había siete militares retirados integrados en puestos clave dentro del gobierno municipal.
Hasta el 30 de octubre del año pasado, último día del mandato del ex alcalde, seis ex militares colaboraron en diferentes puestos, entre ellos el mayor Antonio Lucas Martínez, quien se desempeñaba como secretario de Seguridad Pública, así como el capitán Omar Coronel, quien ostentaba la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Humano.
También laboraban en el municipio el mayor Alain Reyes, como director de Planeación; el capitán Hisiquio Aldana, responsable de Informática; el capitán Marco Antonio Zavala, al frente de la dirección de Alcoholes, además del teniente Gregorio de la Cruz, quien era comandante de la Fuerza de Reacción.
En tanto, Omar de Paz Pérez se desempeñaba como director del C4 municipal. Si bien conservó su cargo pese al cambio de administración, finalmente fue cesado el pasado mes de diciembre, en medio de una confrontación con el secretario de Seguridad Pública, Felipe de Jesús Gallo.
Todos ellos estaban retirados de las Fuerzas Armadas y trabajaban para el municipio de San Pedro, al haber cumplido los requerimientos establecidos por la Ley de Seguridad Pública del Estado, como la aprobación satisfactoria de las pruebas de control y confianza.
Sin embargo, al inicio de la nueva administración fueron presionados por diferentes medios para que entregaran su renuncia, según fuentes cercanas al gobierno municipal.
Su salida abrupta generó un distanciamiento con el Ejército, lo que provocó una caída en la vigilancia del municipio que quedó evidenciado luego de que seis automóviles fueron incendiados en la colonia Fuentes del Valle el pasado martes.
Tras lo sucedido, el gobierno de Miguel Treviño no dio aviso de lo ocurrido a la Séptima Zona Militar, lo cual confirma la ausencia de comunicación con el Ejército, mientras los índices de inseguridad en San Pedro continúan al alza.