Pedro César El Mijis Carrizales le dio voz al barrio, y el barrio lo respaldó, bebió en su honor, le lloró y lo alzó con sus brazos tatuados con la incertidumbre respecto a su muerte.
Así fue despedido, a su modo, sin corbata, sin discursos y arropado por “Los de Abajo”, los chavos banda que le acompañaron en su activismo, en su corta carrera política, y que -este jueves- le acompañaron en una última caminata en la colonia Las Piedras en la capital de San Luis Potosí.
Foto: Ariel Ojeda
Los restos del activista salieron temprano en un féretro azul turquesa con esquinas plateadas para visitar su casa, despedirse de sus hijas, así como de su iglesia que lo vio crecer.
Y en un silencio tan abrazador como los 30 grados potosinos, le lloraron, sin discursos electoreros, primero en una ceremonia privada, y luego en una fiesta que cerró la calle, con cumbia, corridos, cervezas y destilados, cómo si aún siguiera vivo; Y cómo dice la canción: “Lo único que considero como despedida es que en las esquinas de mi tumba, como agua bendita, me rieguen tequila”, y así pasó.
No hubo protocolos, porque al Mijis no le gustaban, solo en la Cámara de Diputados donde apenas le conocieron como legislador local entre 2018 y 2021, y donde se guardó un minuto de silencio, pero fue en la calle donde se le honró, sus verdaderos amigos, sus crew, le armó un fiesta, para ellos y para a su hermano de batallas.
La música y la bebida lo acompañaron hasta el sepelio en el municipio Soledad de Graciano Sánchez, aledaño a la capital, donde la duda se sembró junto a los restos.
Carrizales fue visto por última vez el 31 de enero en el hotel las fuentes en Saltillo, Coahuila, y aunque murió el 3 de febrero, fue hasta este miércoles que las fiscalías de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas confirmaron su deceso en un accidente automovilístico en el kilómetro 27 de la carretera Nuevo Laredo-Piedras Negras, en el que, luego de perder el control de su camioneta al cambiar de rumbo de manera intempestiva, salió de la carretera y cayó en un desnivel, lo que provocó que el vehículo se incendiara.
Foto: Ariel Ojeda
Sus últimas palabras fueron para su esposa, Miriam Martínez, a quien, un día antes de su muerte, le aseguró que ya iba de regreso tras ser detenido por la policía en Tamaulipas.
“Mi amor, ya voy para allá, gracias a Dios ya me soltaron. Me tenían detenido los policías, los Gafes, pensaron que era de los malos, pero gracias a Dios ya voy para allá, no te preocupes. Te amo”, fue el mensaje.
La zanja en la que cayó tiene una profundidad de poco más de metro y medio. Además, aún está la cinta de prevención con que se acordonó el área y los rastros del incendio que cubren un diámetro de diez metros.
Foto: Ariel Ojeda
Sin embargo, la versión oficial, no es suficiente.
—¿A usted le convence que haya sido un accidente?
—Claro que no, él iba en su troca, ya tenía un mes de desaparecido y la troca apareció sana y salva hace como unos ocho días en Saltillo, Coahuila, declaró a MILENIO, Pedro Carrizales, padre de El Mijis.
Los motivos de sus sospechas son dos señales de su teléfono. La primera el 4 de febrero, de acuerdo con Luis Alberto Rodríguez, vocero de seguridad de Tamaulipas; La segunda el 15 de febrero, la cual confirmó su esposa, Miriam Martínez.
Sus amigo esperan que pasen nueve días cuando se le vuelva a recordar a Pedro Carrizales El Mijis, mientras que sobre la tumba Q40, sólo quedaron los arreglos florales, las lágrimas y el reclamo de una familia, qué hoy desconocen a ciencia cierta lo que sucedió.
JLMR