El 23 de abril de 2002, Fidel Castro citó a conferencia de prensa en La Habana, Cuba, para aclarar lo ocurrido un mes antes en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, de la Organización de las Naciones Unidas, celebrada en Monterrey, y la que abandonó en forma intempestiva por el trato grosero que recibió.
Enseguida un extracto de la conversación telefónica que tuvo con Vicente Fox dos días antes de su viaje a Monterrey:
Fidel Castro (F.C.): Dígame, señor presidente Fox, ¿cómo está usted?
Vicente Fox (V.F.) : Fidel, ¿cómo estás?
F.C.: Muy bien, muy bien, muchas gracias, ¿y usted qué tal?
V.F.: ¡Qué gusto Fidel!, yo te hablo primero como amigo…
F.C.: Sí, dígame en qué puedo ayudarlo, menos eso de no ir a Monterrey… ¿a qué hora usted quiere que yo llegue el jueves?
V.F.: Que puedas venir el jueves y que participes en la sesión y hagas tu presentación, como está reservado el espacio para Cuba, a las 13:00. Después tenemos un almuerzo, un almuerzo que ofrece el gobernador a los jefes de Estado; inclusive te ofrezco y te invito a que estuvieras en ese almuerzo, que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, ya te regresaras, y así…
F.C.: ¿A la isla de Cuba?
V.F.: No, bueno, pues a lo mejor te buscaras…
F.C.: ¿A dónde?, ¿o al hotel? Dígame.
V.F.: A la isla de Cuba, o a donde gustaras ir.
F.C.: Correcto.
V.F.: Y que me dejaras libre, ésa es la petición que te hago, el viernes, para que no me compliques el viernes.
F.C.: Usted no quiere que yo le complique el viernes. Muy bien, es que usted parece que no leyó una línea en que yo le digo que voy con espíritu constructivo, a cooperar en el éxito de la conferencia.
V.F.: Sí, sí leí esa línea.
F.C.: Sí, mi palabra no le dio el efecto. Yo comprendo las cosas, de las cuales no vamos a hablar y lo que puede pasar. Casi adiviné que usted me iba a llamar para decirme algo parecido a eso. Pero, muy bien, yo con toda franqueza se lo digo: estoy dispuesto a cooperar con usted.
V.F.: Podemos hacerlo de esta manera.
F.C.: Sí, repítamelo, por favor.
V.F.: A ver, llegar el jueves por la mañana, a la hora que tú gustes.
F.C.: Sí, jueves por la mañana, pronunciar el discurso.
V.F.: Sí, pronunciar el discurso en el Pleno; participar en la comida de jefes de Estado, y donde yo te invito, inclusive, a estar sentado al lado.
F.C.: Muy bien, muchas gracias.
V.F.: Y por la tarde, pues salir a la hora que a ti te convenga .
Sobre la llegada a Monterrey del comandante Castro, esto fue lo que acordaron:
F.C.: Mire, presidente, yo lo puedo complacer más completo, ¿tengo que llegar de madrugada?
V.F.: Sí, ¿a qué le llamas madrugada, 05:00 o 06:00?
F.C.: No, yo prefería sobre las 22:00 o algo así.
V.F.: ¡Ah!, llegar por la noche del miércoles.
F.C.: Sí, sin que nadie me vea. Nos vemos por la mañana allí, que me vean por allí por la mañana.
V.F.: Sí. Correcto, correcto.
F.C.: Entonces usted me garantiza (estar) con Kofi Annan (secretario general de la ONU en ese entonces) y le explica los problemas; si no, tendría que hablar y explicarle, porque es que a mí me invitan las Naciones Unidas.
V.F.: No, no hay problema es eso.
F.C.: Usted como anfitrión fue muy amable al enviarme la invitación, pero son las Naciones Unidas las que me invitan. Y se lo dije a usted aquí, fue lo primero que le dije tan pronto empezamos las conversaciones.
En ningún momento de la conversación se dijo: “comes y te vas”, aunque el tono de Vicente Fox lo sugería. Quien acuñó la frase fue nuestro compañero Carlos Marín, en su columna de MILENIO.