Las fintech se convirtieron en una opción de financiamiento para muchas personas que no pueden tener acceso a un préstamo por vías tradicionales; sin embargo, por eso mismo llegan a cobrar intereses hasta 56 por ciento mayores que los bancos, de acuerdo con un comparativo de datos de la CNBV de firmas como Santander, Citibanamex, BBVA, Stori, Nu y Rappi Card.
Especialistas consultados por MILENIO afirman que la decisión de cobrar más intereses que la banca tradicional se debe a que sus costos de operación son más elevados por tener una menor infraestructura y disposición de fondos que las grandes firmas; además deben, al no pedir muchos requisitos, tener un método de restricción en solicitantes.
“El dinero que entra a las fintech no es de ahorradores (como los bancos), porque no captan ahorro, sino que captan dinero de fuentes de inversión de riesgo. Es más, los mismos bancos les prestan. Entonces cuando un intermediario financiero no bancario le va a prestar a un usuario de inicio ya trae un costo del dinero que el ahorro normalmente no trae”, destacó Fernando Padilla, presidente de la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo, consejero de Asofom.
Un ejemplo es Like U de Santander, misma que ofrece una tasa de interés anual de 64.11 por ciento; pero Stori, firma fintech puede llegar a cobrar poco más de 99 por ciento con su producto “clásico”.
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“Lo que hacen es dirigirse a poblaciones desatendidas o típicamente excluidas, porque instituciones de crédito tradicionales se enfocan en el cliente que les deja más dinero”, expuso Carlos Valdarram, E fundador y socio gerente de Legal Paradox.
Por ello remarcó que estas empresas que se dedican al online lender con un producto de crédito como disposición se están concentrando en este tipo de nichos o mercados.
Nu es una de las más populares en el país, de origen brasileño actualmente cuenta con 3.6 millones de clientes en el país con su producto de tarjeta de crédito, la cual cuenta con un financiamiento que va de 5 mil a 40 mil pesos.
Cuenta con una tasa de interés anual fija de 68.43 por ciento, por lo que si realiza una compra de 10 mil pesos, el interés que se pagará será de mil 838.70 pesos.
Mientras que Hey Banco, que recientemente recibió la autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para ser un banco, cuenta con 650 mil clientes, a quienes ofrece casi todos los productos financieros que existen, como cuentas de débito, tarjetas de crédito, préstamos personales, así como financiamiento hipotecario y automotriz, cuenta con una tasa de interés anual de 45.80 por ciento.
Todo está en los detalles
Jesús Chávez Ugalde, director de análisis y estadísticas de servicios y productos financieros de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señaló que los usuarios deben analizar bien lo que contratan y si está en su capacidad cumplir con estas obligaciones.
“Todo dependerá del compromiso o la forma en la que contrataste; en caso de atraso, la institución financiera te cobrará algún tipo de comisión o bien algún tipo de interés moratorio sin importar si es una fintech o una sociedad financiera popular”, explicó.
Destacó que en el país, la población bancarizada aumentó 8.8 por ciento entre 2018 y 2021, con base en datos de la última Encuesta de Inclusión Financiera. Sin embargo, las Fintech reportaron que el incremento acumulado en su base de usuarios o clientes en el mismo período fue siete veces mayor que se puede explicar por dos factores: la migración de usuarios desde otras entidades y la integración de personas no bancarizadas.
La adopción positiva de los productos Fintech puede deberse a que ofrecen una mejor experiencia de cliente, la disminución en los precios y las comisiones, la transparencia o la pérdida de confianza en las entidades tradicionales.
Sin embargo, el dato más destacado, es que 42 por ciento de las personas que no contaba con un producto financiero, lo cual deja entre ver la labor de estas innovadoras proveedoras de servicios financieros en términos de inclusión financiera y resaltan como estas instituciones se convirtieron en una alternativa muy atractiva para clientes desinteresados, desconfiados o con acceso restringido a entidades financieras tradicionales.