Acuerdo fiscal del G7 enfrenta oposición en Congreso de EU

Sistema tributario. Los republicanos amenazan con rechazar el pacto en el Senado, donde dos tercios deben dar su aprobación; el gravamen es “una locura”: Pat Toomey

Los legisladores acusan a Joe Biden de no resolver una larga batalla sobre impuestos digitales. Kevin Lamarque/Reuters
Aime Williams
Washington /

El plan de Joe Biden para reformar el sistema tributario internacional enfrentará un difícil paso por el Congreso de Estados Unidos, ya que los republicanos amenazan con rechazar un posible acuerdo en un Senado donde se necesita una mayoría de dos tercios para su aprobación.

Los esfuerzos de la administración Biden para salir de un estancamiento diplomático sobre cómo se gravan las compañías globales se vieron recompensados ​​durante el fin de semana cuando el G7 respaldó una tasa mínima mundial de al menos 15 por ciento y acordó que los países deben tener el derecho de gravar una parte de las utilidades de las empresas donde se generan.

Aprobar cambios en los tratados fiscales internacionales requiere el apoyo de una supermayoría de dos tercios en el Senado de 100 escaños, un problema para la administración Biden, mientras las naciones del G7 buscan un acuerdo más amplio que se está negociando en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El Senado está dividido en partes iguales entre demócratas y republicanos.

Los legisladores republicanos de alto nivel se han alineado para criticar el incipiente acuerdo multilateral, acusando a Biden de perjudicar la competitividad de Estados Unidos, ceder derechos tributarios a otros países y no resolver una larga batalla sobre los impuestos digitales.

Pat Toomey, senador republicano de Pensilvania, calificó el impuesto como “una locura”.

“El hecho de que tuvieran que tratar de persuadir a todos estos otros países para asegurarse de que aumenten sus impuestos es una confesión del daño que le estamos haciendo a nuestro propio país”, dijo Toomey en el Capitolio.

El senador John Barrasso, de Wyoming, dijo que el impuesto “será anticompetitivo, antiestadunidense, y perjudicial para nosotros mientras tratamos de seguir haciendo crecer la economía en un momento en el que estamos saliendo de una pandemia”. Mike Lee, senador de Utah, tuiteó una historia del Washington Post que informaba sobre el acuerdo fiscal del G7 junto con las palabras: “Así es como luce un cartel”.

Había “una gran interrogante sobre si y cuándo” un pacto fiscal internacional se ratificará en Washington, señaló Brian Jenn, ex funcionario del Tesoro de EU.

La discordia también se está gestando sobre el futuro de los impuestos a los servicios digitales en países como Reino Unido, Italia y Francia, que están diseñados para garantizar que algunas de las compañías más grandes del mundo, entre ellos los gigantes de tecnología de EU como Facebook, Apple y Google, paguen más impuestos en países donde tienen una pequeña presencia física.

La nueva propuesta de Estados Unidos intenta sustituir los impuestos digitales por una fórmula en la que las empresas más grandes y rentables del mundo estarán sujetas a las nuevas reglas, independientemente de su sector, en función de sus niveles de ingresos y márgenes de utilidades.

Si bien los legisladores en el Capitolio se han unido en los dos partidos para oponerse a los impuestos digitales sobre las empresas estadunidenses, los republicanos insinúan que pueden argumentar que gravar a las grandes empresas de manera más amplia todavía se dirige de manera injusta a las multinacionales estadunidenses. Toomey calificó la propuesta de EU como “un impuesto a los servicios digitales con un nombre diferente, de alcance más amplio”. _

LAS MÁS VISTAS