El Fondo de Salud para el Bienestar absorbió los recursos del Fondo de Salud de Gastos Catastróficos (FSGC) luego de la desaparición del Seguro Popular que tenia a 54 millones de mexicanos afiliados.
El FSGC logro reunir 101 mil millones de pesos antes de que desapareciera, formalmente, el Seguro Popular. Este sistema de protección se creó en la época de Vicente Fox, en 2004 y desapareció el año pasado con Andrés Manuel López Obrador.
Con los recursos del FSGC se financiaban 1 mil 663 enfermedades de primer y segundo nivel del Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES), así como diversos padecimientos catastróficos.
Pero con la desaparición del Seguro Popular los recursos ya no se ejercieron en el 2020 porque el IBSABI nació el primero de enero y luego se atravesó la pandemia.
El gobierno federal solo dispuso de los 40 mil millones de pesos aprobados para el ejercicio fiscal 2020, para fortalecer los sistemas de salud en zonas rurales, contratar médicos y, sobretodo, hacer frente a la pandemia. El resto del patrimonio del entonces FSGC pasó a formar parte del Fondo de Salud para el Bienestar con el cual el gobierno se ha propuesto crear un sistema de salud gratuito, universal, con más intervenciones.
Por ello se hizo una solicitud formal para tomar de esa bolsa 33 mil millones de pesos.
—INSABI
El Instituto de Salud para el Bienestar comenzó funciones el primero de enero de 2020 como un órgano descentralizado de la Secretaría de Salud.
“Los beneficiarios del INSABI recibirán servicios médicos sin restricciones porque habrá atención universal para todos los padecimientos, incluidos aquellos que generan gastos catastróficos, para lo cual se ha creado el Fondo de Salud para el Bienestar; también recibirán medicamentos gratuitos y demás insumos requeridos para sus tratamientos”, de acuerdo con el proyecto de la actual administración.
Además, se llevará un registro de los beneficiarios, para el control de atención y el otorgamiento de medicamentos.
—¿QUÉ SE CUBRÍA?
Con la gran bolsa del FSGC se cubrían las estrategias del Seguro Popular, las mil 663 enfermedades, entre estas, diabetes mellitus tipo 1 y 2, además de todo el proceso de embarazo, cuidados neonatales y malformaciones congénitas en menores de 18 años.
En general, los diagnósticos, medicamentos, estudios de laboratorio, insumos e intervenciones quirúrgicas, cuidados intensivos neonatales, en diversas unidades médicas acreditadas, en los institutos nacionales de salud (con excepción de Nutrición), hospitales generales y regionales de alta especialidad.
Entre los padecimientos clasificados como catastróficos: los diferentes tipos de cáncer infantil, de próstata, mama, cérvico-uterino, ovario; infarto agudo al miocardio en menores de 65 años, así como ciertos trasplantes de córnea, médula ósea y riñón, así como enfermedades raras o huérfanas.
En el área oncológica, el Seguro Popular solía destinar 20 mil millones de pesos para cubrir, de manera integral, esta enfermedad catastrófica. Se otorgó atención integral a más de 32 mil personas.
En este esquema de servicios creado en 2004 cuenta, por aparte, con fideicomiso para cubrir con antirretrovirales a los pacientes que viven con VIH/Sida. Se invierten anualmente hasta 3 mil millones de pesos.
El FSGC se conformaba también con la aportación solidaria de los estados, es decir, con cerca de 30 mil millones anuales. Este recurso ya no se obtuvo con la desaparición del Seguro Popular.
Los recursos dirigidos a ese fondo de salud también han servido para construía infraestructura, en las entidades federativas con mayor marginación social, para complementar recursos destinados al abasto y la distribución de medicamentos y demás insumos. Se contrataron a alrededor de mil 900 empleados, algunos, que operaban las caravanas de salud en zonas marginales. Todo esto cuando existía el Seguro Popular.
Desde la pasada administración se reconoció que la viabilidad financiera del entonces Fideicomiso del Fondo de Gastos Catastróficos para cubrir todas las enfermedades estaba planeada hasta el año de 2031.
“Significaba que pase lo que pase en México, se enfermen de lo que se enfermen los afiliados del Seguro Popular, tienen garantizada la cobertura de su atención”, de acuerdo con las proyecciones.
Desde el surgimiento del Seguro Popular hasta la fecha se han destinado 437 mil millones de pesos en la atención de la salud de las enfermedades clasificadas catastróficas.
“Las evaluaciones efectuadas por la ASF y otras auditorias reportan que los recursos destinados han elevado la calidad y sobrevida de los mexicanos. Un seguro convencional no cubre a una mujer con cáncer de mama avanzado, en el Seguro Popular se han atendido a más de 34 mil”.
Pero este sistema también utilizado de manera fraudulenta, hasta el 2028, en la entonces Procuraduría General de la República (PGR) se habían recibido 37 denuncias por desvíos de recursos destinados al Seguro Popular, por parte, de siete entidades del país, entre 2006 y 2017.
Chiapas, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Oaxaca y Sinaloa desviaron recursos por más de 7 mil millones de pesos.
Se dieron sentencias, como la del ex gobernador de Tabasco Andrés Granier, condenado a 10 años de prisión por peculado por parte de la fiscalía estatal —causa penal 157/2013— por el desvío de 196 millones 918 mil 209 pesos del Seguro Popular en 2010.
El nuevo Instituto pretende brindar servicios de salud gratuitos y de calidad a todas las personas que se encuentren en el país y no cuenten con seguridad social; se hará bajo criterios de universalidad, igualdad e inclusión.
***Diputados buscan destinar parte de eses recursos a la tesorería
El proyecto de reformas a la Ley General de Salud prevé disponer de hasta 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, antes denominado Fondo de Protección para Gastos Catastróficos, para “fortalecer acciones en materia de salud a través del reintegro de recursos correspondiente a la Tesorería de la Federación”.
Según el dictamen, los recursos acumulados en el fondo seguirán garantizando la atención de enfermedades que provocan gastos catastróficos, la atención de necesidades de infraestructura, el abasto y distribución de medicamentos y otros insumos y el acceso a exámenes clínicos.
A más tardar el 1 de abril de 2021, el Fondo de Salud para el Bienestar deberá concentrar en la Tesorería de la Federación la cantidad de hasta 33 mil millones de pesos del patrimonio de ese fideicomiso, de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicable, señala.
Hoy el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular la reforma para disponer de 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, con el argumento de utilizar esos recursos para la compra de vacunas contra covid-19.