Frena Semarnat análisis sobre Santa Lucía y solicita más datos

Nuevo aeropuerto. El gobierno federal debe presentar nueva información y aclarar la ya integrada en la Manifestación de Impacto Ambiental que entregó a esa dependencia apenas en abril pasado.

Diversos factores están entorpeciendo el desarrollo de AISL. (Araceli López / Gráfico: MILENIO)
Ciudad de México /

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) solicitó a la Defensa Nacional información adicional del proyecto para la construcción del Aeropuerto en Santa Lucía, por lo que suspendió el análisis de la Manifestación de Impacto Ambiental, con lo que el proceso de evaluación puede prolongarse hasta nueve meses y con ello la autorización para comenzar las obras.

“Le piden, en este caso a la Sedena, que haga más estudios, que presente más información y que aclare información presentada, etcétera; lo que implica en tiempo es que los primeros 60 días establecidos en la ley se interrumpen”, explicó Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) en entrevista con MILENIO.

El 15 de abril la Sedena ingresó ante la Semarnat la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), modalidad regional del proyecto “Construcción de un Aeropuerto Mixto civil/militar con capacidad internacional en la Base Aérea Militar No. 1 (Santa Lucía, Estado de México), su interconexión con el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México y reubicación de instalaciones militares”.

Tras el proceso de recepción y envío al área correspondiente, la integración del expediente y el inicio de la evaluación de la MIA comenzó el 7 de mayo, pero este 12 de junio, tras un lapso de análisis de 26 días hábiles, la Semarnat solicitó información adicional a la Sedena.

De acuerdo con el artículo 35 bis de la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, al solicitar la Semarnat mayor información en el día 26 de análisis, se interrumpen los primeros 60 días establecidos, por lo que la Sedena tiene ahora un plazo de 60 días para presentar la información adicional que le solicitó la autoridad ambiental.

“Lo que quiere decir es que nos podemos ir a un plazo de 120 días hábiles, pero la ley establece también que —además de los primeros 60 y estos segundos 60 días por la información adicional, y considerando la dimensión y las complejidades de la obra— la autoridad puede pedir 60 días más, entonces nos podemos ir a los 180 días, que como son hábiles son como nueve meses aproximadamente”, explicó.

Con base en la MIA del proyecto elaborada por el Instituto de Ingeniería de la UNAM para la Sedena, que fue abierta a consulta pública el 16 de mayo, MILENIO publicó que el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) presentará problemas de saturación a los 10 años de entrar en operación en 2021, ya que en su primera etapa solo tendrá capacidad para atender las operaciones relativas a dos aerolíneas, una demanda de 18 millones de pasajeros al año.

Además, como ya lo había anunciado el director de la Escuela Militar de Ingenieros y encargado de la obra, Gustavo Vallejo, el aeropuerto de Santa Lucía tendrá su máximo potencial dentro de 50 años, con una capacidad de 100 millones de pasajeros al año, “que complementados con el AICM y el Aeropuerto Internacional de Toluca llegará a 140 millones de pasajeros anuales”.

Uno de los principales problemas de Santa Lucía durante la planeación es que el Cerro de Paula no estaba contemplado al inicio y, aunque cambiaron la dirección de las pistas, se presume que el cerro sigue incidiendo .

La Manifestación de Impacto Ambiental indica que el aeropuerto se abastecerá del agua de los pozos de la Base Aérea Militar, que extrae agua del acuífero Cuautitlán-Pachua que ya está sobreexplotado, lo que genera problemas para la población que vive en las inmediaciones de la base. Asimismo, el documento no contempla las afectaciones en la zona por los niveles de ruido.

Asimismo, la Sedena reconoce que debe desmontar 5 mil 195 árboles, como cedros y pirules, ubicados en la Base Aérea Militar No. 1, para llevar a cabo la construcción del aeropuerto, que equivalen a un volumen de mil 814 metros cúbicos de madera.

Además, el proyecto contempla su interconexión con el Aeropuerto de Ciudad de México a través de una vía de 45.7 kilómetros, pero la MIA no describe a detalle cómo se llevará a cabo la construcción de ese camino, que tendrá dos carriles exclusivos para el transporte por autobús de los usuarios.

Solo detalla que partirá de la Terminal 2 del AICM y siguiendo la ruta Periférico-Circuito Exterior Mexiquense, hasta la proximidad con Santa Lucía. Además de que un tramo de 8 kilómetros cruzará por el camino perimetral del polígono del que sería el nuevo aeropuerto en Texcoco.

Aunque uno de los argumentos para echar abajo la construcción del NAIM en Texcoco fue que ponía en riesgo a los patos de la región, la MIA de Santa Lucía reconoce que hacen falta estudios sobre la dinámica de las aves migratorias durante la época de estiaje y lluvias, ya que el estudio que hicieron fue de enero a marzo de 2019, por lo que no se registró la época de mayor arribo de aves a la laguna de Zumpango.

La manifestación ambiental de Santa Lucía destaca que más de 220 especies de aves han sido registradas cerca de la laguna de Zumpango, localizada a 10 kilómetros de la Base Aérea de Santa Lucía; de las cuales, al menos 94 especies de aves se registraron en las inmediaciones al proyecto y utilizan esa zona como “sitio de paso, de percha o de forrajeo”.

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  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

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