David Lagunas Arias, profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo entre el año 2000 y 2010, dio a conocer a través de un artículo de la revista Antropología Experimental de la Universidad de Jaén, España, que el presidente del Patronato de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, puso a la máxima casa de estudios del estado al servicio de sus intereses a través del Grupo Universidad, además de ejercer un cacicazgo y tener el control de la institución.
En su artículo titulado La disciplina como hábito: cacicazgo y alineación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, publicado en 2017 y que se puede consultar en el sitio de revistas electrónicas de la Universidad de Jaén, Lagunas Arias señala que si bien Gerardo Sosa es el líder del Grupo Universidad éste nunca alcanzó el poder estatal.
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El presidente del Patronato de la UAEH fue aprehendido este lunes por elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) por su presunta responsabilidad en los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal.
David Lagunas, jefe de área académica del 2006 al 2008, menciona en su artículo que el carácter excepcional de Sosa Castelán es tan solo una ilusión creada por el dispositivo de poder que requiere de la figura de ese líder.
Por un lado, explica, existe una interdependencia entre el capital político acumulado por él, a través y más allá de la universidad, y el propio manejo interno de sus seguidores. En todo momento el investigador se refiere en su artículo a Gerardo Sosa como el líder.
“El líder no tiene en el campo político hidalguense una posición dominante que le permita otorgarse el lujo de desistir del apoyo de la universidad. Pues si bien es el líder de un grupo político, éste nunca alcanzó el poder estatal. Aun así, el control interno tiene un componente político estructural”, precisa.
De acuerdo con el investigador, dentro de la universidad, Gerardo Sosa posee varios apelativos que deben ser a menudo acompañados de un cierto tono de voz para permitir identificar que se trata de él: el “licenciado”, el “supremo”, el “más allá” y “R1” siendo algunas de ellas. Sus cercanos colaboradores se refieren a él como “un amigo”.
Fue durante sus estudios de licenciatura cuando el líder logró acceder a la presidencia de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH) en 1977.
Precisa que en el contexto del auge del porrismo estudiantil en México, y en colusión con el gobierno del estado de Hidalgo, la FEUH fue su base para tomar el control progresivo del Consejo Universitario y de la propia universidad. En ella, se formaron lealtades que, si bien conocieron varias rupturas y momentos de renovación generacional y estratégica, sobrevivieron parcialmente al período estudiantil de sus miembros.
Señala que la carrera de Gerardo Sosa se focalizó después como secretario general del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Hidalgo (1980-1986) hasta que alcanzó la secretaría general de la universidad de 1986 a 199 y se convirtió en rector de la misma de 1991 a 1998.
“En el transcurso, se había constituido el grupo político de la universidad al interior del PRI estatal. Este grupo nunca logró alcanzar una posición dominante dentro del partido y quedó excluido de los cargos del gobierno del estado. Aun así, tuvo que ser tomado en cuenta en la distribución de las cuotas de poder. Es así como el líder fue propulsado a la diputación local (1981-1984) y federal (2000-2003 y 2006-2009)”, explica.
David Lagunas añade que Sosa Castelán tenía como objetivo la gubernatura de Hidalgo, pero después de dos veces como precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -1998 y 2004- sus planes quedaron frustrados. Finalmente, se le concedió la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal del PRI entre 2004 y 2006.