Entre aplausos y arengas de la mayoría parlamentaria de Morena y aliados en el Congreso, Claudia Sheinbaum rindió protesta como presidenta de la República para el periodo 2024-2030 y sostuvo que es tiempo de mujeres y de transformación.
“El 2 de junio de este año el pueblo de México, de forma democrática y pacífica, dijo fuerte y claro ‘es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres’. Hoy, 1 de octubre de 2024, inicia la segunda etapa, el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública del país”, puntualizó.
En su primer discurso como mandataria en el Palacio Legislativo de San Lázaro y ante 930 invitados, entre ellos 16 jefes de Estado, Sheinbaum reivindicó la lucha histórica de las mujeres por la igualdad y aseguró que gobernará para todos en beneficio del país.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y todas, y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria.
“Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar. Les convoco a seguir haciendo historia”, remarcó.
Al comienzo de su intervención de 44 minutos desde la máxima tribuna, hizo un reconocimiento a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, como el mejor y más querido presidente de México, comparándolo con Lázaro Cárdenas.
“La historia y el pueblo lo ha juzgado, Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes. El dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas.
“El que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo y, para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México”.
Marca la ruta
En la ceremonia de toma de posesión, Claudia Sheinbaum delineó el rumbo de su administración en materia de seguridad, economía y política social.
“Garantizaremos la disminución de delitos alto impacto. No regresará la irresponsable guerra contra el narco de (Felipe) Calderón, que tanto daño sigue haciendo a México. Nuestra convicción es que la seguridad y la paz son fruto de la justicia”, afirmó.
Subrayó que en materia económica se mantendrá la autonomía del Banco de México, así como una política fiscal responsable y una proporción razonable entre deuda y PIB.
“Promoveremos la inversión pública y privada; tengan la certeza de que ambas estarán seguras en nuestro país. No aumentaremos el precio de las gasolinas, del diésel, del gas doméstico ni de la electricidad en términos reales” indicó.
Aseguró que su gobierno mantendrá los programas del Bienestar y que el incremento anual a su presupuesto nunca estará por debajo de la inflación.
Pondrá en marcha tres nuevos programas para que las mujeres de 60 a 64 años tengan un apoyo bimestral; los niños de escuelas públicas de preescolar, primaria y secundaria accedan a una beca, y los adultos mayores se beneficien con atención a la salud en casa, para lo que serán contratados 20 mil doctores y personal médico.
También afirmó que su gobierno hará de México “una potencia científica y de innovación”.
Asimismo, hizo un resumen de lo que consideró “principales principios” del humanismo, que guiará su administración. Entre ellos, destacó que gobernará “con amor, no con odio”.
Más tarde, al repasar 100 compromisos con México, planteó 300 mil espacios en universidades, ampliar el horario en escuelas primaria gradualmente y aumentar el salario a maestros.
Se comprometió a atender el desabasto de agua y, de la mano con el Estado de México, llevar a cabo un proyecto para la zona oriente.
“Somos demócratas”
El ex presidente Andrés Manuel López Obrador arribó al Congreso a las 11 de la mañana y fue recibido con ovaciones por diputados y senadores de la 4T.
El tabasqueño avanzó hasta la tribuna, donde saludó a la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, pero ignoró a la ministra Norma Piña, titular de la Suprema Corte, sentada en un extremo de la Mesa Directiva.
Veinticinco minutos después llegó Sheinbaum, aclamada por morenistas, petistas y verdes al grito de “¡presidenta, presidenta!”.
La mandataria se dirigió igualmente a la diputada Ifigenia Martínez y se acercó también a Piña para saludarla, lo que le valió un aplauso de los grupos parlamentarios de la oposición.
En presencia de los ministros de la Corte y a un lado de Piña, la presidenta defendió la reforma al Poder Judicial al señalar que el objetivo es terminar con la corrupción de los juzgadores.
“La reforma judicial significa más autonomía e independencia. Piénsenlo, si el objetivo hubiera sido que la Presidenta controlara la Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo (Ernesto) Zedillo; eso es autoritarismo, nosotros somos demócratas”, indicó.
La sesión inició a las 9:03 con un quórum de 466 de 500 diputados y 118 de 128 senadores, y se levantó después de las 12:30 de la tarde.
Como invitados asistieron 105 representantes de gobiernos extranjeros y 23 de organismos internacionales.