El gobierno mexicano advirtió a la iniciativa privada que ya “no puede esperar más” por lo que promoverá acciones impopulares, como ajustes de impuestos, control de la publicidad y un nuevo etiquetado frontal en los alimentos ultra-procesados y en las bebidas azucaradas, debido a que la epidemia de la obesidad y del sobrepeso se ha convertido en una amenaza contra la integridad del Estado, el desarrollo social y económico del país.
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Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en la Secretaría de Salud, explicó que aunque la iniciativa privada es importante para el desarrollo económico y también para generar riqueza necesaria para el bienestar, cuando se trata de tomar decisiones de política pública, en su diseño e implantación, se debe privilegiar la defensa del interés público.
“La grave y enorme epidemia de la obesidad y sobrepeso, de diabetes, enfermedad cardio y neuro-vascular y un buen número de cánceres, entre otras enfermedades crónicas no transmisibles, representan hoy una amenaza grave a la persistencia del Estado nacional.
"Son una amenaza a la integridad del Estado, son una amenaza social que tiene graves consecuencias, de manera directa, en la calidad y duración de la vida de los ciudadanos, habitantes del país, pero también causa graves consecuencia en la competitividad económica”, explicó en la Academia Nacional de Medicina donde se realizó el Foro Internacional de Alto Nivel en Prevención de la Obesidad Infantil.
Por ello, en el Diario Oficial se publicará, una vez concluido el periodo de consulta de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 051 y de contar con 45 días naturales para contestar comentarios, el documento final del nuevo etiquetado de bebidas y alimentos procesados y ultraprocesados donde la población conocerá, en realidad, que muchos productos de su alimentación carecen de valor nutricional y, por el contrario, alto contenido calórico, sodio, azúcares y grasas saturadas.
El funcionario federal refirió que aunque el gobierno no pretende entrar en conflicto con la iniciativa privada, México enfrenta severas consecuencias en cuanto a sus niveles de competitividad y de desarrollo económico debido a que 75 por ciento de su población productiva presenta obesidad y sobrepeso, enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer y ahora se está extendiendo a los menores de edad.
“Necesitamos políticas públicas integrales, no se puede esperar más. El problema es tan grave y tan grande que hay que actuar de manera inmediata”, dijo tras referir que este gobierno conformó un Grupo Intersectorial de Salud Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad, que articuló el esfuerzo de 50 organismos, secretarías federales, de la Organización Panamericana de la Salud, Unicef y FAO, entre organizaciones civiles sin conflicto de interés.
A ello obedece, además, que se suma el control de la publicidad dirigida a los niños para que “no sean expuestos a inductores de estos productos nocivos para la salud”. Asimismo la garantía de espacios recreativos en las escuelas y actualización de Impuestos Especiales a Productos y Servicios (IEPS).
“Cada una tendrá su tiempo. Todas forman parte de la política integral”, dijo López-Gatell, luego de asegurar que cuentan con el respaldo social, que pide “acciones inmediatas, profundas y trascendentes para controlar y prevenir la grave epidemia de sobrepeso, obesidad, en general enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a la mala alimentación”.
Estimaciones de la Secretaría de Salud establecen que para 2023 el costo total de la obesidad en el país alcanzará los 272 mil millones de pesos.
La propuesta de actualización fiscal postula que en 2020 el gobierno federal, por tabaco, bebidas endulzantes y comida chatarra, recibirá 96 millones 123 mil pesos.
Sólo por tabacos labrados, 43 millones 679 mil; bebidas saborizadas, 28 millones 660 mil; alimentos no básicos con alta densidad calórica, 23 millones 783 mil.
En el caso de las bebidas azucaradas, la cuota específica se actualiza a 1.17 pesos por litro a 1.2705, que abarca la inflación acumulada de 2018 y la estimada para 2019, de 3.6 por ciento.
Por su parte, el asesor de Prevención y Control de Enfermedades no Transmisibles de la OPS en México, Miguel Malo Serrano, aclaró que las comidas típicas de México, conocidas algunos como “garnachas”, no son el factor principal del sobrepeso y la obesidad en México, sino el consumo de productos ultraprocesados.
“¿Cuánto tiempo los mexicanos han comido eso? Si nos vamos hacia atrás, ¿cuánto tiempo ha habido puestos de comida típica en la calle? El problema del sobrepeso y la obesidad se dispara como epidemia cuando se incorporan en las dietas los productos ultraprocesados”, detalló.
El problema, dijo, comenzó “hace 30 años y lamentablemente vemos cómo México, por ejemplo, en el consumo de bebidas azucaradas es el primer país en el mundo con casi 500 mililitros per cápita diarios en el consumo”.
Para el titular del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Juan Ángel Rivera Dommarco, es preferible comer “frijoles, tortillas y verdolagas”, provenientes del campo, que alimentos altamente procesados, saturados de azúcares y grasas.
“En las tiendas rurales no hay tomate ni manzanas, por lo que se trabajará en el entorno alimentario. Se requiere un pacto nacional para proteger a la infancia”.
kvd