El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta entregó libros a la Red Estatal de Bibliotecas Públicas, lo que beneficiará a las comunidades más vulnerables del estado de Puebla a través de la promoción de la lectura.
Las beneficiadas son 40 bibliotecas de 29 municipios, quienes recibieron 14 mil 980 materiales de información, que hizo llegar el Gobierno Federal; 9 mil un libros, 460 audiovisuales, 4 mil 329 revistas y mil 190 folletos de la CNDH, fortaleciendo así sus acervos, servicios y actividades en beneficio de la sociedad donde operan estos centros culturales.
Acompañado por el secretario estatal de Cultura, Julio Glockner Rossainz, quien en su intervención sentenció que las bibliotecas de Puebla fueron dejadas de lado por las autoridades estatales durante casi una década; y la directora de Colecciones, Claudia Izquierdo Vicuña, el mandatario adelantó que en breve presentarán un programa especial en el tema de cultura.
Durante su intervención lamentó que el país y Puebla registren baja lectura, por lo que mencionó que en breve emprenderán mecanismos para fomentar este hábito y poder así remontar esta mala posición. “Hay gente que inicia un libro y no lo termina (...) el iniciar un libro y terminarlo implica una meta”.
Añadió que la lectura es una de las herramientas que sirve para fortalecer una de las principales necesidades de la sociedad: la cultura.
Resaltó que él, a lo largo de su vida, se convirtió en un gran lector, un ejercicio que implica disciplina, consistencia y metas, tal y como se lo fijó para leer “El Quijote de la Mancha”, que lo envolvió y que le dejó una gran enseñanza cuando lo concluyó.
Asimismo, aconsejó acudir y disfrutar las bibliotecas: “Las bibliotecas sirven para todo: leer, meditar, reflexionar; hay que disfrutar de las bibliotecas, yo lo hice cuando no tenía para comprar libros, disfrutaba yo de su soledad, de su ambiente (…) Los libros huelen y los libros se esconden, y los libros tienen vida propia”.
Elogió retomar a la cultura desde la lectura, medio que aseguró que no pasará de moda.
Dijo que ya instruyó al secretario de Educación para que se hagan las impresiones que se requieran para que un mayor número de personas puedan disfrutar de la lectura.
Finalmente, platicó que en su juventud adquiría libros viejos, pero tenía el temor de que esos ejemplares escondieran malas vibras de sus anteriores propietarios, por lo que rememoró que le cuestionó a un bibliotecario si eso ocurría y éste en respuesta le dijo: “Los libros atraen vibras, pero no tienen vibras”.
MITM