El tesorero del ayuntamiento, Héctor Arrona Urrea, informó que la Comuna dejará una deuda de 306 millones de pesos a la siguiente administración, sin embargo, estos pasivos que a su vez heredó la actual gestión, tuvieron una reducción del 47 por ciento.
Explicó que al inicio de la administración 2014-2018, el ayuntamiento recibió una deuda de 506 millones de pesos, estos pasivos fueron contratados desde 2008 y 2010; a lo largo de la actual gestión, se pagaron 200 millones de pesos de esos compromisos financieros, por lo que solo restan 306 millones de pesos a liquidar.
Arrona recordó que la administración encabezada por el alcalde, Luis Banck, solicitó una línea de crédito por 300 millones de pesos durante el año pasado. Este financiamiento fue pagado a inicios de agosto, de este modo, no se heredarán pasivos correspondientes a la actual gestión.
“El financiamiento que se contrató el año pasado se liquidó el 10 de agosto por anticipado. Está cerrado el tema de financiamiento y la deuda histórica que a principios de la administración estaba en el orden de los 506 millones de pesos, se va a quedar en 47 por ciento de reducción, esto es que a diciembre vamos a tener 306 millones de pesos de saldo de deuda”, detalló.
El funcionario puntualizó que los 306 millones de pesos que las siguientes administraciones deberán pagar -a más tardar hasta el año 2025-, será un deber de los próximos alcaldes, quienes deberán administrarse para la liquidación de estos compromisos financieros.
La deuda pública de Puebla es una mezcla de préstamos solicitados en 2008 y 2010.
Durante la presente administración se realizaron dos renegociaciones para mejorar las condiciones de pago, por lo que ahora el pasivo está concentrado en el banco Inbursa.
AMV