El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, aseguró que al exgobernador Mario Marín Torres, hoy detenido por supuesta tortura hacia la periodista Lydia Cacho Ribeiro, le gustaba relacionarse con menores de edad y esa historia "es cierta" porque está confirmada por gente que colaboró con él durante su gobierno.
En conferencia de prensa, el mandatario acusó que durante el marinismo hubo "muchos empresarios, hombres del poder que se dedicaban a eso, verdaderos proxenetas".
"Hay muchos más implicados en esta trama, la historia negra de que al gobernador Mario Marín gustaba de que le presentaran menores de edad es cierta, está tomada de los dichos de la gente que rodeó a Mario Marín".
Señaló que Mario Marín y su cómplice, el empresario libanés Kamel Nacif Borge, así como otros implicados en supuesto abuso sexual infantil, no han recibido las sanciones que merecen por los delitos que cometieron, pues influyó que la investigación no fue iniciada con pruebas aportadas por el estado, sino por una investigación periodística.
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Advirtió que algunos delitos que cometieron Marín, Nacif y otros de sus cómplices ya pudieran ser prescritos gracias a que quienes sabían de eso no acudieron a denunciar a tiempo.
"(Marín y Nacif) crearon un mundo verdaderamente negro en las relaciones del gobernador con muchachitas ¡Qué horror! ¿En qué mundo vivían? El mundo que los rodeaba era el silencio, nadie decía nada, nadie denunciaba nada, no había ningún desplegado de nada, esas cosas no ocurrían en Puebla, el silencio de todos".
Fue el martes cuando la organización Artículo 19 reveló que un tribunal federal otorgó un amparo a Kamel Nacif con el cual queda deslindado de toda responsabilidad en el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho, quien en su libro 'Los demonios del Edén', exhibe una red de pornografía infantil encabezada por el empresario y el exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres.
Con el amparo recién obtenido, la orden de aprehensión que existía contra el libanés ahora quedó sin efectos y Cacho Ribeiro teme que lo mismo suceda con Marín, quien está preso en un penal de Cancún, Quintana Roo.
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