La organización Greenpeace llamó a México a no ceder ante senadores de Estados Unidos que, en el marco del T-MEC, han pedido replantear la prohibición de las importaciones de maíz transgénico del decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020.
“Después de dos décadas de denuncias y oposición ciudadana al maíz transgénico, la actual administración demostró sensibilidad y gran interés en este tema y decretó prohibir su uso para consumo humano, además de reducir progresivamente, hasta su eliminación en 2024, el uso del herbicida glifosato, asociado a cultivos transgénicos, de alta toxicidad”, señaló Viridiana Lázaro, campañista de agricultura de Greenpeace México.
De acuerdo con la organización, la secretaría de Economía, Raquel Buenrostro, sostendrá reuniones para atender las negociaciones del T-MEC, en las cuales dará seguimiento a las conversaciones que el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo con el secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaría de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, el lunes 28 de noviembre.
“En México existen 59 razas de maíz nativo y cientos de variedades de maíz que como tal deben ser protegidas de la contaminación genética provocada por variedades transgénicas. Al ser nuestro país centro de origen y diversidad de maíz, alimento básico para millones de personas, el gobierno de México no debe ceder a las presiones de su par estadounidense en materia de maíz transgénico y defender la soberanía alimentaria”, consideró la organización ecologista Greenpeace México.
Durante más de 20 años, Greenpeace ha denunciado y alertado sobre las amenazas al medio ambiente y riesgos a la salud de la población que conlleva la siembra, importación, transporte y consumo de maíz transgénico. Este tipo de maíz producido en Estados Unidos, contiene proteínas tóxicas para diferentes organismos (larvas, insectos) y alergénicas a humanos (proteínas Cry); está contaminado con plaguicidas altamente tóxicos y contaminan razas y variedades nativas con transgenes ajenos a su genoma.
Ante las presiones del gobierno de Estados Unidos para que México deje sin efecto las disposiciones del decreto presidencial, Greenpeace señala que, los agricultores estadunidenses son capaces de producir maíz que no sea genéticamente modificado a precios comparables, por lo que el decreto podría alentar el desarrollo de un mercado sin Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) en los Estados Unidos, algo que los consumidores estadounidenses han estado exigiendo durante años.
Aseguraron que, si bien México es autosuficiente en maíces blancos (híbridos y nativos) que son los que se usan en la alimentación mexicana, el maíz amarillo transgénico se utiliza principalmente para abastecer a la agroindustria y a la alimentación del ganado. Las industrias de alimentos procesados suponen graves problemas de salud y sobrepeso en la población.
Subrayaron que existe evidencia científica y la experiencia de diversos productores a pequeña, mediana y gran escala de que existen alternativas al glifosato y a otros plaguicidas altamente peligrosos, que les resultan viables económica, cultural y socialmente, y sin dañar su salud ni la del ambiente.
El binomio maíz transgénico-glifosato es un freno a la necesaria transición agroecológica, y favorece la sustitución del modelo de milpa (policultivo), por un modelo de monocultivo que además utiliza insumos tóxicos como parte de su paquete tecnológico.
“Cerrarle las puertas de México al maíz transgénico y al glifosato es el primer paso para impulsar de manera decidida la agricultura ecológica, que también es la mejor estrategia para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en el sector, como el metano”, finalizó Lázaro.
La agricultura ecológica o agroecología se caracteriza, entre otras cosas, por ofrecer soluciones locales a problemas de fertilidad de suelos y plagas locales, diversificar cultivos y reducir pérdidas de cosechas, proteger la biodiversidad y la salud de los trabajadores del campo y consumidores entre otras. A través de la regeneración de suelos, aplicación de fertilizantes naturales y para ofrecer alimentos nutritivos y de bajo impacto ambiental a las y los consumidores.
MBG