Hallan en costas mexicanas basura plástica de Estados Unidos, Centroamérica y Asia

Estudio "Impacto de la contaminación por plástico en áreas naturales protegidas mexicanas"

Según un estudio realizado por Greenpeace y el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación de la UNAM, en el fondo arrecifal donde se encontró mayor presencia de plásticos fue en Veracruz y Puerto Morelos.

Evidencia del impacto negativo en el Mar Caribe y Golfo de México. (Esmeralda Pérez)
Ciudad de México /

Bolsas, tapas, botellas, etiquetas, equipo de pesca y desechables son los principales residuos plásticos que ya invaden los arrecifes de Puerto Morelos, Cozumel y el Sistema Arrecifal Veracruzano —entre otros—, en detrimento de la vida marina, según un nuevo estudio realizado de forma con junta por Greenpeace y el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación de la UNAM, en el que identificaron basura proveniente de Estados Unidos, Centroamérica y, en menor medida, Europa y Asia.

A través del estudio "Impacto de la contaminación por plástico en áreas naturales protegidas mexicanas", realizado en el Mar Caribe y Golfo de México, los investigadores encontraron 815 piezas de ese material en diversas formas, tamaños y usos; de esa cifra, 151 piezas se hallaron en el fondo y la columna de los arrecifes, mientras que en la superficie se ubicaron 664 piezas flotando. Esto es equivalente a dos piezas de basura por cada kilómetro cuadrado y a 3 mil 500 desechos plásticos en el fondo del mar en la misma extensión.

"Encontrar basura en todas las áreas naturales protegidas que visitamos es alarmante y encontrarla desgastada nos habla del riesgo potencial de la fragmentación de esos plásticos. Los microplásticos tienen implicaciones gravísimas para el ecosistema y la gente; junto con Greenpeace ya encontramos microplásticos en contenido estomacal de peces comerciales que pueden provocar un cambio en su reproducción e incluso mortalidad", explicó Omar Rivera Garibay, investigador del Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación de la UNAM.

(Omar Rivera Garibay)

En entrevista con MILENIO, destacó que el plástico encontrado tiene cierta interacción con el fondo arrecifal que conlleva implicaciones negativas para el crecimiento y función de los corales, una presión más ante el Síndrome blanco —enfermedad que provoca mortandad masiva de corales en los arrecifes del Caribe—, y en la pérdida de la barrera anticiclónica que constituyen los arrecifes y que protege a las poblaciones costeras.

(Omar Rivera Garibay)

(Omar Rivera Garibay)


Múltiples orígenes

El estudio evaluó 21 sitios de ocho Áreas Naturales Protegidas (ANPs), entre las que se encuentran el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, la Reserva de la Biosfera de Sian Ka´an y el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano.

En el fondo arrecifal donde se encontró mayor presencia de plásticos fue en Veracruz y Puerto Morelos: una pieza cada 180 metros. En superficie, Puerto Morelos es el sitio con el promedio más alto: 145 piezas por cada 40 kilómetro cuadrado, seguido de Mahahual con 114 y de Cozumel con 108 piezas.

Por al desgaste, sólo se logró detectar el origen en 29 piezas (3.5 por ciento): siete de México, siete de Estados Unidos, cuatro de República Dominicana, dos de Jamaica y otro par de Colombia; de Puerto Rico, Guatemala y Ecuador se identificó una pieza por cada territorio o país.

También de Europa y Asia hay basura: una pieza de Italia y con la misma cantidad de Francia, Singapur y Turquía.

Entre esas piezas, las marcas que más se repiten son Coca-Cola y Pepsico. De las de origen mexicano tres son de la primera refresquera, una de Sabritas, al igual que de Lucas, José Cuervo y Nutrioli.

Los investigadores sostienen que el reciclaje es insuficiente en México, pues sólo 6.07 por ciento de los residuos valorizables son procesados por lo que el estudio plantea la urgencia de buscar soluciones de preconsumo y reducir la producción y uso de plásticos de un solo uso.

ledz

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

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