La suspensión de clases ha causado una de las crisis educativas más fuertes que ha enfrentado la humanidad, consideró Nancy Ramírez, directora de Incidencia Política en Save the Children México.
“Es la primera vez que una generación entera tiene que parar clases”, destacó.
En el país, explicó, el tema de la educación frente al coronavirus tiene sus propias complejidades.
“Amplía las brechas de desigualdad preexistentes en la sociedad. En México ya teníamos un sistema educativo que no necesariamente respondía a las necesidades de todos”.
¿Con la pandemia a la escuela le llueve sobre mojado?
A esos enormes desafíos ahora le sumamos el hecho de que no estamos preparados para una educación a distancia y digital. Tenemos una sociedad con muchos contrastes, donde más de la mitad de los niños y las niñas vive en condiciones de pobreza. Esto significa, por lo pronto, que no tienen acceso a internet o a una computadora para poder llevar a cabo las clases.
¿Cómo evalúa el trabajo de la Secretaría de Educación?
Me parece que la SEP hizo un trabajo muy rápido y un esfuerzo muy significativo por trasladar contenidos a nivel digital y por televisión o radio comunitaria para tener un mayor alcance.
Y no todos los padres tienen la misma posibilidad de ayudar...
De entrada ya es difícil. Casi ningún papá o mamá tiene, digamos, las habilidades para acompañar el aprendizaje de sus hijos en casa. Y es aún peor para quienes tienen menos escolaridad o para quienes tienen que trabajar.
Van acumulando dificultades...
Sí. Y hay que sumar el contexto de violencia que también se vive en muchos hogares y que desde luego impide toda posibilidad de aprendizaje de niñas y niños.
“Ahí es donde vemos los retos e identificamos que habrá grandes brechas. Qué bueno que existió una alternativa de educación a distancia, pero hay que estar conscientes que esa alternativa no va a resolver los aprendizajes o las habilidades que se tenían que adquirir.
¿Hay alguna salida?
Tiene que existir una estrategia para nivelar. Es un gran periodo de tiempo, prácticamente la mitad de un ciclo escolar, en que permanecieron cerradas las escuelas.
¿Ve un riesgo de abandono escolar, como ha insistido la Unesco?
Totalmente. Es una de las preocupaciones que tenemos como Save the Children y que también hemos conversado ya con las autoridades educativas. La Unesco lo dice porque hay evidencia por parte de las organizaciones que trabajamos en contextos de emergencia (nosotros lo hacemos en todo el mundo) de que entre más tiempo permanezcan cerradas las escuelas, más probabilidades hay de que las niñas y los niños no regresen, sobre todo quienes se encuentran precisamente en situaciones de pobreza, violencia y marginación.
Estamos ante una situación de crisis no solamente sanitaria, sino que está acompañada de un fuerte impacto económico. Habrá necesidad de más personas que colaboren en la economía familiar para mitigar de cierta forma esta pérdida de ingresos.
Suele pensarse que los adolescentes ya tienen que entrar a trabajar y dejar de estudiar porque en la familia los necesitan. Hay un gran riesgo de que a partir de los 14 o 15 años dejen la escuela para comenzar a colaborar en la economía familiar.
¿En qué podrían trabajar?
Justamente nos preocupa que niñas y niños estén expuestos a trabajos peligrosos o trabajos invisibles. Van a correr el riesgo de ser explotados por parte de grupos del crimen organizado, por ejemplo, o de ser utilizados para explotación sexual o laboral, o trata y tráfico de personas... La deserción escolar puede implicar no solo un trabajo infantil en las tiendas de autoservicio, sino un trabajo en situaciones sumamente peligrosas.
Al regreso a clases va a ser sumamente importante identificar que efectivamente todos los niños y niñas que estaban inscritos regresen a alguna escuela. Los que no, entonces habrá que buscar rápido dónde están esos niños, por qué dejaron la escuela y, si están trabajando, establecer medidas para ellos como el incremento en las becas o una mayor protección social.
¿Tienen una preocupación particular por las niñas?
Sí, porque las niñas, en los roles tradicionales de género que prevalecen aún en la sociedad mexicana, están más expuestas a ser quienes se encargan de las tareas del hogar, o del cuidado de otros niños y de adultos mayores, y eso puede significar que estén más expuestas a no regresar a las escuelas, no necesariamente para salir a trabajar, sino también por tener que quedarse en casa a cumplir con esas labores.
Su labor
Nancy Ramírez es maestra en políticas públicas comparadas (Flacso) y licenciada en Relaciones Internacionales (UNAM). Su trabajo la sitúa actualmente frente a funcionarios de las secretarías de educación estatales y federal, y frente a legisladores.
Save the Children es una ONG mundial fundada en 1919 que trabaja ahora en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Tiene como metas que ninguna niña o niño muera por causas prevenibles, que no vivan en condiciones de pobreza, ni se queden sin acceso a educación de calidad. Así mismo, busca que ninguna violencia contra niñas y niños sea tolerada.
En México trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición educación, protección infantil y defensa de los derechos. Está presente en 21 estados para apoyar a los niños más vulnerables, asegurar que aprendan y sean protegidos de la violencia.