Sindicalismo, una lucha constante

Múltiples adversidades deben enfrentar los sindicatos, en particular los que sirven a los municipios

Sindicatos en Hidalgo. (Archivo)
Francisco Villeda
Pachuca /

El sindicalismo enfrenta muchas adversidades, altibajos, pero es una lucha constante por los derechos de los trabajadores en los distintos sectores, aunque es particularmente difícil en la administración pública por los constantes cambios de autoridades municipales.

Aldo Augusto Morales Malo, secretario general del sindicato Lealtad, Fuerza y Perseverancia de los trabajadores al servicio de Tlaxcoapan, lo sabe bien. Hace 22 años, junto con un grupo de 34 empleados de la alcaldía iniciaron un sindicato dentro del gobierno municipal.


El pequeño grupo de 35 empleados se enfrentó el 14 de agosto de 1999 al reto de abrir brecha hacia la justicia social para los futuros trabajadores de esta demarcación. Admite que fue un comienzo difícil.

No fue sencillo, “en el transcurso de los pocos días y meses fueron declinando algunos compañeros”. A pesar de ello el quehacer no se detuvo y se mantuvo el impulso para sostener al sindicato de nueva creación.

Con el paso del tiempo más empleados se incorporaron al sindicato, a fin de fortalecerlo ante las recientes deserciones registradas. "Éramos pocos, pero renovamos al sindicalizar gente, comprometerse esos compañeros para con nosotros”.

Así entre la adversidad, durante 22 años el sindicato ha pugnado por obtener diversas prestaciones, conquistas laborales para este gremio. "Prestaciones si tenemos, no muchas pero si tenemos, canasta básica, quinquenios, aguinaldo, los que marca la ley, prima vacacional, vacaciones, alguna beca para los hijos que están estudiando y logran un promedio, un apoyo para inicio de ciclo escolar, apoyo para algunos eventos por parte del municipio”, señala Morales Malo.

Constantemente el sindicato resiente embates para tratar de minarlo, con argumentos en los que cuestionan el costo de un sindicato para, por ejemplo, un municipio. Estos ataques provienen a veces desde los mismos funcionarios locales o desde la ciudadanía.

Morales Malo revira, al expresar que no hay afectaciones al erario; “que se diga que afectamos el presupuesto del mismo, no; desde nuestro punto de vista y en el sentido del presupuesto que le llega al municipio y la cantidad que somos de sindicalizados no le vemos como tal”.

No es raro que un gran número de alcaldes tenga la intención de socavar a los sindicatos o incluso disminuirlos. Un número menor lo ha intentado, y siempre han fallado pues la autoridad falla en favor de los trabajadores, debido a la mala actuación procesal de las áreas jurídicas de los municipios. Al final, los municipios terminan pagando costosos laudos perdidos por despidos injustificados.

Por ejemplo, el dos veces exalcalde de Atotonilco de Tula, Julio César Ángeles Mendoza, lo intentó, y terminó agravando la deuda económica del municipio con el sindicato de esa demarcación, pues no atendió los laudos, argumentando que era un conflicto de sus antecesores.

Posturas cambiantes ante los sindicatos en Hidalgo

En cada periodo de gobierno los sindicatos deben enfrentar una política gubernamental hacia el sindicato. A veces es favorable, a veces no; depende de las posturas de los mandatarios entrantes.

“En la región desgraciadamente sí hemos notado alguna apatía por parte de algunas autoridades municipales hacia los compañeros que se organizan; desafortunadamente violan la ley, juran cumplir y hacer cumplir la ley, pero ya cuando están en la presidencia municipal violan los derechos de los compañeros”, dice Morales Malo.

El sindicato único de trabajadores al servicio de Tlaxcoapan pertenece a la Federación auténtica de sindicatos y comisiones de gestoría de trabajadores al servicio de los municipios del estado de Hidalgo (FASMEH), de la cual Morales Malo es secretario del interior y acción política.

La FASMEH ha enfrentado en distintos momentos los embates de los gobiernos municipales hacia los sindicatos agremiados a la organización. Los últimos de ellos en las presentes administraciones, cuya gestión inició el 15 de diciembre de 2020.

En su última reunión, celebrada en el mes de marzo, acordaron los miembros de la FASMEH la conformación de un frente para luchar contra los hostigamientos, los despidos injustificados y las violaciones a los derechos de los trabajadores de parte de algunos alcaldes, quienes han mostrado intolerancia a la libertad de asociación sindical y violentando las condiciones generales de trabajo.

La organización dirigida por Eliseo González Hernández, se pronunció contra las anomalías en contra de los trabajadores sindicalizados de Actopan, Tizayuca, Mineral del Monte y Tlaxcoapan.

Actualmente el sindicato de trabajadores al servicio de Tlaxcoapan enfrenta una situación complicada, pues el alcalde Jaime Pérez Suárez se niega a reconocer a 17 trabajadores que recientemente fueron incorporados al gremio tras obtener su aval por parte de la autoridad laboral.

Morales Malo dice que con la negativa de reconocimiento el mandatario está vulnerando no sólo las garantías individuales de los trabajadores, sino también sus derechos humanos.

En este caso explica que en enero de este año la autoridad laboral otorgó el reconocimiento como miembros del sindicato a 17 empleados, tras un proceso iniciado en febrero de 2020, pero que por la pandemia quedó pausado y fue retomado en octubre de ese año.

Tras recibir dicho reconocimiento, dice, el sindicato le notificó al municipio sobre la incorporación de los nuevos agremiados al sindicato, y aunque hasta el momento no hay una respuesta oficial, el mandatario les indicó que "el municipio ya no da para más".

Con este argumento el alcalde se niega a reconocer a los 17 nuevos miembros del sindicato, quienes actualmente laboran para la administración municipal pero sin recibir las prestaciones que les corresponden a los empleados sindicalizados, sostiene.

El dirigente expone que son derechos de los trabajadores, y aclara que ni el alcalde ni su cabildo tienen facultad para desestimar este reconocimiento de las autoridades laborales, pues no tienen injerencia en la organización sindical.

Del magisterio y el sindicalismo a gobernante

Durante la anterior administración municipal 2016-2020, los empleados sindicalizados de Atitalaquia vivieron una situación similar, debido a la renuencia de la entonces alcaldesa, María Antonieta Herrera Jiménez, por reconocer los derechos sindicales.

Y es que durante su periodo de gobierno Herrera Jiménez se negó a reconocer a nuevos sindicalizados e incluso despidió a la secretaria general del sindicato, Berenice Martínez Gómez, quien pugnaba por el reconocimiento de la alcaldesa para los nuevos agremiados.

Fue un tiempo oscuro para el sindicalismo en Atitalaquia, y así entre litigios concluyó la administración. El nuevo gobierno municipal parece dar luz a este sector, pues Agustín Hernández Olguín, alcalde de Atitalaquia se asume como un sindicalista.

Cuando tomó posesión del cargo recibió dos laudos, cuyo tiempo procesal había vencido y se tenían que saldar ya, “uno por 500 mil pesos y ya se pagó, otro por 350 mil pesos, mismos que correspondían a varios años de trabajo, a sueldos caídos, vacaciones, etcétera, pero ya cumplimos con dos de 25; son una herencia que recibimos y tuvimos que atender”, dice el mandatario.

Explica que “esos dos ya tenían que cumplirse este año, por eso presupuestamos recurso para ello; quisimos atender otros, no logramos llegar a acuerdos todavía, sabemos que los trabajadores, todos, tienen sus derechos, como trabajadores y también como seres humanos y por ello serán atendidos; esto es de llegar a acuerdos, y en unos días vamos a cumplir con todos ellos, y vamos a dejar limpio este asunto en el transcurso de la administración”.

El alcalde señala que la relación con el sindicato de empleados en su municipio “es buena, yo soy sindicalista; fui líder estudiantil en la normal en la que egresé, fui líder sindical en la primera escuela en donde laboré, en la secundaria Ajacuba; también fui líder sindical en la escuela secundaria técnica de Atitalaquia; y participé en dos congresos seccionales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), soy sindicalista y sé que todo trabajador tiene sus derechos y obligaciones”.

Por ello señaló que en el caso de los laudos pendientes, se buscará el diálogo, para que todas las partes resulten beneficiadas; “ese es un tema que tenemos que tratar, tratarlo con ellos y llegar a acuerdos”.

Transparencia en sindicato de Pemex

Pero en el ámbito sindical también se requiere de transparencia y rendición de cuentas, para evitar los malos manejos y el enriquecimiento de los dirigentes, señala Fred Antonio Navarro López, aspirante a dirigir la secretaria general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

Considera que esta premisa debe ser fundamental para el sindicalismo, y para ejemplificarlo explicó que “desde la fundación del sindicato petrolero, en 1935, no se hacen rendiciones de cuentas sobre cuánto entra a las arcas del sindicato por conceptos diversos”.

Recuerda que se hicieron algunas modificaciones a los estatutos, para “beneficio del gremio y por ende de los trabajadores, en dónde se estipulaba la creación de cajas de ahorro, las cuotas sindicales (de que el porcentaje que se les descontaría a los trabajadores sería del 2.5 por ciento de lo que gana cada uno), así como también las diferentes ayudas y entradas de dinero que tendría el sindicato establecidas en las diferentes cláusulas del contrato colectivo”.

Navarro López destaca que debido a estos logros sindicales, fue posible que “los dirigentes pudieran comprar diversas propiedades, edificios y terrenos en pro del sindicato”.

Sin embargo, dijo, “no fue en beneficio del gremio, fue en beneficio de muchos dirigentes, por mencionar algunos: Salvador Barragán Camacho, “El Güero" Macías y diversos secretarios generales de las diferentes secciones, quienes eran conocidos por ser ostentosos, con cadenas, anillos, pulseras y demás objetos de oro”.

Expresa que a su llegada a la dirigencia del sindicato, Carlos Romero Deschamps, se benefició, y acusa que “todo iba a dar a las arcas, pero de su casa y para muestra un botón, por cuáles delitos se le imputan y está pendiente la ley para el señor; él así como los dirigentes anteriores jamás manifestaron el dinero que entraba al sindicato y en qué se gastaba; incluso con la creación del "IFAI" en el 2002, Carlos se amparó para no dar cuenta de todo ese dinero que se movía; después cambia de ‘IFAI’ a ‘INAI’ y continúa el amparo para no dejar ver y saber los ingresos y egresos del sindicato”.

Para Navarro, el STPRM se requiere una transparencia real, actualmente “hay un portal en internet del STPRM, en donde se brinda una información nada detallada de los ingresos y egresos de sindicato; los cuales no son nada claros”.

El aspirante a la secretaría general, expone que “se encuentra en el apartado de documentos los cuales tocan los ingresos y egresos recibidos y pagados desde el 2016 al 2019 y, repito, no son nada claros, por ejemplo por concepto de las clausulas 166, 167, 169 y 170, así como también las clausulas 251 y 251 bis; estas se refieren al apoyo al deporte y cultura y las últimas en apoyo a la organización sindical”.

Por ello insiste que se necesita renovar la dirigencia, por una que apueste por la transparencia y la rendición de cuentas, en beneficio de los trabajadores petroleros; pero además Navarro López reitera su llamado al gobierno de México para que “jubile” a la actual directiva del STPRM, por su mala gestión, en afán de que mejore el sindicalismo.

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