Centralizar en un solo instituto denominado Inec la totalidad de los procesos electorales conlleva un retroceso de aproximadamente 80 años, afirmó el consejero presidente del Ietam, Juan José Ramos Charre.
“Es un retroceso al menos en términos legislativos de alrededor de ocho décadas, porque es un modelo que funcionó en México desde los años 40 y ese México dejó de existir, fue antes incluso de la primera alternancia en la Presidencia de la República en el 2000”.
Dijo que desde los organismos públicos locales, los Oples, se ha coincidido en la pertinencia, no solo técnica, sino también operativa y presupuestal de que el sistema electoral actual mantenga su enfoque federalista.
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“Luego entonces, voltear al pasado para aplicar fórmulas que ignoro si funcionaron o no, con ese enfoque centralista en un México que ya no existe como tal, creo que implica desconocer las virtudes del modelo actual”.
El presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas, sostuvo que el modelo que esencialmente se propone de centralismo, no lograría el ahorro presupuestal que se pretende y sí pondría en grave riesgo la calidad de las elecciones en nuestro país.
“Hay suficiente evidencia legal, técnica y funcional de que las autoridades electorales locales son esenciales para la vida democrática de las entidades federativas, que tienen realidades y singularidades por regiones y no pueden reducirse a un formato único que desconozca la diversidad, las problemáticas y la historia propia en cada uno de los estados”.
Ramos Charre destacó que la vida política electoral local se inscribe también en las prácticas dentro de un régimen democrático representativo y federal.
“Más allá de lo que la ley señale, cada uno de los estados tiene su propia praxis de la política y no necesariamente esa praxis es la visión del centro del país”, manifestó.
Juan José Ramos agregó que desde hace más de tres décadas, con la transición democrática en nuestro país, las leyes e instituciones electorales locales han garantizado cada vez más los derechos políticos de asociación, participación, representación y el voto universal libre y secreto.
“Desde el ámbito local se han hecho importantes aportaciones, por ejemplo, en temas como la paridad, la democracia igualitaria y sustantiva y la adopción de acciones afirmativas para grupos que históricamente han sido discriminados y que se encuentran en situación de desventaja”.
Se refirió también a aportaciones como el voto electrónico, donde estados como Jalisco y Coahuila han desarrollado prototipos de este tipo de urnas, convirtiéndose en referentes que a nivel nacional han funcionado en elecciones constitucionales.
“Las entidades federativas trabajamos en la organización de elecciones libres, periódicas, legales, comprometidas y permanentemente conducidas y vigiladas por la ciudadanía”.
El árbitro electoral aseveró que desde 1989, año en que ocurrió la primera alternancia de un poder ejecutivo estatal en nuestro país, siendo el caso de Baja California, ello se ha convertido en una constante en la mayor parte de la República.
“Los dedos de la mano nos sobrarían para decir en qué entidades no ha existido alternancia, me atrevo a asegurar que solo en Coahuila”.
Indicó que tan solo en los comicios del 2022, en el 83% de los cargos de elección popular que estuvieron en competencia, se dio un cambio de partido en el gobierno, tanto en elecciones ordinarias como extraordinarias.
El consejero presidente concluyó que son muchas las ventajas que tiene un modelo como el que actualmente se desarrolla.
SJHN