El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ha sido "un pilar para la democracia en México" y su trabajo será fundamental para garantizar la protección de los derechos humanos ante la revolución que implica la Inteligencia Artificial, aseguró Gabriela Ramos, directora general adjunta para Ciencias Sociales y Humanas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
"Ha sido un instituto referencia en muchos sentidos y lo sigue siendo y por ello, espero que sigan operando y tengan las bases para que puedan seguir operando de una manera efectiva y para ello, cuentan con el respaldo de la Unesco", afirmó Ramos al participar, desde París, en la inauguración del foro "Transparencia y Ciberseguridad en los archivos para la construcción de una ciudadanía informada", en la sede del INAI en el marco del Día Internacional de los Archivos, que se celebra el 9 de junio.
La directiva de la Unesco expresó que la irrupción de la inteligencia artificial, producto de las nuevas tecnologías de la información, provocarán que los gobiernos tengan más y mejores capacidades para lograr la gobernanza y la regulación para un uso ético de dispositivos tecnológicos, que no violenten los derechos y la dignidad de las personas.
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"Seguramente los roles cambiarán, seguramente será necesario tener más capacidades de los gobiernos y esto es parte de la revolución que ha generado la Inteligencia Artificial y por ello, nuestro llamado es para que el INAI siga trabajando y aspirando a que se garanticen los derechos humanos en el manejo de los datos, a proteger la información y a que la ciudadanía esté debidamente informada", expresó.
Ramos aseguró que con la revolución de la tecnología, los datos son el combustible de la inteligencia artificial, pero advirtió que eso puede poner en riesgo la dignidad de las personas.
"Si bien las tecnologías basadas en los datos pueden ofrecer nuevas oportunidades para resolver problemas de la sociedad y realizar diversas tareas complejas en la vida cotidiana, también existe el riesgo de que con ello se aumenten las disparidades para las personas que simplemente no tienen acceso y de que se refuercen o amplifiquen las desigualdades o se violen los derechos humanos", dijo.
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"El ejemplo hoy más claro es la tecnología que se utiliza como inteligencia artificial autogenerativa, el Chat GPT y muchos otros formatos, en el que hay realmente una falta de transparencia en las fuentes de información que se utilizan para proporcionar algunos servicios", explicó.
Por eso, adelantó que para normar el uso de la Inteligencia Artificial de manera ética, la Unesco emitió en 2021 una recomendación que adoptaron 193 Estados miembros y que ya se aplica en 43 de ellos.
"Estaremos trabajando en México con la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial y el gobierno, pero también con el INAI, que es una parte fundamental para repensar la forma cómo protegemos los datos, pero también cómo damos la información y aseguramos la rendición de cuentas, dentro de un marco que defienda los derechos humanos", añadió.
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La especialista de la Unesco dijo que los gobiernos deben garantizar el derecho de la privacidad, pues "los datos deben ser propiedad de las personas y deben tener derecho a eliminarlos, las normas de consentimiento tienen que ser más estrictas y las personas tienen que saber cómo se usan sus datos y si están de acuerdo o no".
Ante ello, destacó que no sólo se trata de la protección de los datos personales, sino también de los "datos neuronales".
Anunció que pronto "vamos a lanzar un debate global en la Unesco sobre la ética de la neuro tecnología, porque esta información se utiliza para micro dirigir, para manipular, para abusar los sesgos cognitivos y emocionales de las personas y es importante que podamos protegerlos, y protegernos nosotros mismos, cuando nos involucramos con las computadoras y la inteligencia artificial".
OMV