Es muy probable que la revisión del salario mínimo, que subirá 20 por ciento en 2024, represente presiones inflacionarias ya que sucede en un contexto distinto al de años anteriores, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su reporte semanal, el grupo de especialistas del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) expuso que, primero, por el mismo impacto adicional sobre los costos laborales es por lo que puede influir en el gasto de las empresas y por ende en precios.
“El “rezago” del salario mínimo se ha abatido significativamente en los últimos 5 años”, explicó el Ceesp.
Segundo, dicen que este aumento se da en un momento en el que el mercado laboral está presionado por escasez de mano de obra en diversos sectores y regiones del país, y la brecha del producto ya no es negativa como antes.
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“Tercero, se suma al impacto sobre la demanda agregada de la política fiscal particularmente expansiva aprobada para 2024”, remarcó.
Aun cuando no se reconozca explícitamente, el Ceesp dijo que el pronunciado aumento del salario mínimo probablemente elevará la cautela del Banco de México respecto al momento idóneo para comenzar a reducir la tasa de interés. Lo que alargaría la carestía del crédito para capital de trabajo en detrimento especialmente de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
“El aumento del salario mínimo para 2024, de 20 por ciento, es cinco veces mayor a la inflación prospectiva, es excesivo y dañará particularmente a las Mipymes”, remarcó el centro de estudios.
El Ceesp calculó que de 2018 a 2023 los costos de la mano de obra aumentaron en alrededor de 50 por ciento en términos reales. Además, el salario mínimo, cuyo impacto es probable que recaiga principalmente sobre las mipymes, se incrementó en 46 por ciento o 27 por ciento real de 2021 hasta ahora.