Ni un INE bajo fuego ni integrado por soldados de la 4T: Uuc-kib Espadas

El nuevo consejero del INE destaca la importancia de fortalecer los vínculos con la Unidad de Inteligencia Financiera y de no caer en un "circo romano" durante las discusiones internas del Instituto.

Consejero del INE, Uuc-kib Espadas, durante la toma de protesta. (Cuartocuro)
Jannet López Ponce
Ciudad de México /

El consejero Uuc-kib Espadas advierte que no ve “un Instituto bajo el fuego del Presidente”, ni tampoco cree que Andrés Manuel López Obrador quiera “soldados de la 4T” en el INE. Considera que su nombramiento es una prueba clara luego de años de crítica contra el titular del Ejecutivo.

Reconoce sentirse agobiado por la responsabilidad que implica entrar al Instituto Nacional Electoral rumbo a las elecciones más grandes de la historia, pero se dice convencido de que estará a la altura de las circunstancias y pondrá su mejor empeño.

En entrevista con MILENIO dice que espera lograr consensos con sus compañeros sobre todo en materia de fiscalización y confía en no caer en el “circo romano” en que a veces se convierte la división de opiniones en el Consejo General.

¿Cuál es su misión o el sello que le gustaría dejar en el INE?

Hacia el interior yo trataré de impulsar en primerísimo lugar el asunto de la fiscalización. El uso de dinero irregular es el más grave problema hoy para la autenticidad de las elecciones en México, el INE no ha podido hasta hoy tener un control realmente riguroso del dinero que entra a las campañas.

La vinculación con la Unidad de Inteligencia Financiera juega un papel crucial. Habrá que buscar mecanismo, más allá de los que ya existen, para que el gasto que es evidente a nivel de calle, el gasto que los ciudadanos pueden ver pero que después no aparece registrado, que ese gasto sea fiscalizado, ¿cómo hacerlo? Esa es una tarea titánica y habrá que construir acuerdos específicos desde luego en colaboración con los mismos gobiernos federal, de los estados y municipales.

Hay que poner muchísima atención a las denuncias que hagan los partidos políticos. Observo como ciudadano antes de llegar acá, que si bien hay cosas que el Instituto controla muy bien, hay otras cosas que vemos en la calle y que luego ocurre que no reciben sanción y me parece que eso es lo que hay que atender.

Vienen unas elecciones muy complejas ¿qué hace falta mejorar al interior?

El Instituto ha seguido trabajando, tampoco vamos a llegar a inventar el agua tibia, nosotros en ese sentido lo que nos está tocando es más bien correr atrás del tren para alcanzarlo y ponernos a trabajar a marchas forzadas con el Instituto.

Evidentemente el nuevo contexto impone nuevos retos pero tenemos la esperanza de que la pandemia no se prolongue de forma tal que afecte el desarrollo mismo de la elección.

El aparato está ya y el consejo tiene salvo cuatro novatos, siete consejeros que pasaron por el proceso del 2018 y me parece que la experiencia, la funcionalidad del Instituto y de esos consejeros es un insumo básico para lograr un resultado limpio y un resultado reconocido socialmente, no se trata nada más de que las cosas salgan bien sino que la gente tenga perfectamente claro que las cosas se están haciendo bien.

El presidente sigue diciendo que es un Instituto oneroso, ¿qué opina de estas críticas?

El presupuesto ya sufrió un recorte fuerte para este año 2021 y el Instituto pudo adaptaras a ello, creo que ahorrar va a ser muy necesario cuando se vean los resultados fiscales de la epidemia, será un impacto muy severo, de forma tal que la tarea de revisar el gasto no es nada más un proyecto o una idea dentro del proyecto político del Presidente sino que se va a volver más bien algo indiscutible, vamos a tener que recortar, el qué vamos a recortar, ése será un tema crítico.

Hay algunos que son de importancia superior, todos aquellos que tiene que ver directamente con que el voto sea universal, directo y secreto me parece que la prioridad no puede ser reducir el gasto sino mantener los estándares y la calidad.

Lo más caro todavía del proceso es la elaboración de las credenciales de electores, eso es carísimo. Pero para quienes votábamos hace tres décadas o poco más pues nos acordamos todavía de aquella credencial permanente de elector, hecha de cartón, sin fotografía, con una huella digital que después era materialmente imposible comprobar su pertenencia, que se producían en oficinas a las que los partidos políticos en la realidad no tenían ninguna vigilancia, pues retroceder hacia eso aunque no sea llegar hasta eso pero cualquier pequeño pasito que se retrocediera en las garantías que la actual credencial de elector presenta sobre su infalsificabilidad sería inaceptable.

Algún consejero propone pasar ya a la credencial digital.

No tengo la certeza de que generaría un ahorro pero de que generaría un severo problema político tengo la total certeza. Pensemos en un intento de defraudación ¿cuánta gente se necesitaría si es que fuera posible adulterar la votación directamente en 170 y tantas mil casillas? Se necesitarían verdaderas divisiones de mapaches electorales para poder adulterar una elección así, si la elección fuera vía electrónica ¿Cuántos hackers se necesitan para ser adulterada?

No solo es sofisticado sino extraordinariamente caro. Y yo no estoy de acuerdo con el voto digital.

Han surgido idea de que hay ciertos grupos en el INE ¿Cómo se va a manejar usted entre las diferencias de los consejeros?

El circo romano al que probablemente entre todavía no está funcionando. Creo que el debate, la fricción y el conflicto son parte inherente al funcionamiento de la democracia, no le son ajenas, se trata de instituciones que administran el consenso.

De las fricciones con el Presidente creo que es perfectamente normal y las opiniones pues puede haber algunas más acertadas o menos acertadas. A a mí no me parece percibir un Instituto Nacional Electoral bajo fuego del Presidente de la República y de la 4T.

Y lo digo con toda claridad, yo no fui simpatizante del Presidente de la República y en el pasado he emitido opiniones muy duras contra él, sin embargo, fui votado por Morena casi unánimemente; es decir, si estuviéramos efectivamente ante un ataque en el sentido de que no puede haber voces críticas dentro del Instituto o se trata de que los consejeros sean soldados de la cuarta transformación y cosas así, pues en mi personal experiencia yo estoy acá y no habiendo sido simpatizante del Presidente pero tampoco su opositor.

Usted militó en la izquierda ¿cómo garantiza imparcialidad?

Me vienen a la mente cuatro nombres: Javier Santiago, Jaime Rivera, Leonardo Valdés y José Woldenberg y los cuatro militaron hace muchos años en la izquierda y en su desempeño no se les acusó de favorecer a la izquierda.

Yo llevo 13 años sin militancia partidista, es verdad que milité durante 28 años bajo el mismo registro electoral pero también quiero recordar que yo no me salí del PRD lagrimando de nostalgia, despidiéndonos abrazándonos y diciendo ‘pronto nos veremos’, yo me salí del PRD como suelen ser estas cosas pues a desgreñes y rasguños.

Y el tiempo es más de tres veces lo que la ley considera lo necesario.

Estas son las cosas que estoy obligado a hacer, la imparcialidad de los consejeros es un requisito para el adecuado funcionamiento de las elecciones.

¿Cómo espera terminar estos 9 años, qué espera dejar en el INE?

Voy a terminar viejo y cansado, voy a dejar la piel y espero ser recordado como alguien que trabajó al máximo de sus capacidades y cumplió con su obligación.​

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