Las indirectas no rompieron la paz. Lejos de los gritos y ataques que se vivieron en su visita a San Lázaro a finales de 2021, en la última y única oportunidad de Lorenzo Córdova para defender al Instituto Nacional Electoral frente a quienes amagan con desmantelar el órgano electoral que preside, prevaleció la cordialidad y la prudencia.
“Quiero ser muy prudente, no me corresponde juzgar iniciativas, no me siento cómodo y creo que no es mi papel”, respondía Córdova ante los intentos de algunos diputados para cuestionarlo directamente sobre la iniciativa de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador. “A partir de un diagnóstico serio y objetivo, basado en datos ciertos, se puede afirmar que el sistema funciona y funciona bien; sin duda es mejorable, pero desde esta óptica, el INE no necesita refundarse o reformarse a fondo y mucho menos suprimirse o desaparecer”, puntualizó.
Los ligeros ataques de algunos morenistas no tuvieron eco. Hasta hubo sonrisas y varios abrazos entre Córdova y el líder de los diputados de Morena, Ignacio Mier. Incluso, cuando al menos en tres ocasiones lo llamó “Jorge”, confundiéndolo con el vicecoordinador de la bancada del PAN, Jorge Triana; o cuando dejó claro que la Secretaría de Gobernación no tiene credibilidad.
“Aquí reitero la disposición del INE para, de la mano de la Secretaría de Gobernación, finalmente empezar a credencializar a menores de edad, lo podemos hacer y no le va a costar prácticamente nada al Estado mexicano. La función no es del INE, es de Gobernación, pero la Secretaría de Gobernación no tiene la infraestructura ni la credibilidad pública que tiene el INE”.
Córdova Vianello, además, reiteró lo que ha venido diciendo en todos sus posicionamientos sobre el debate de reforma electoral: el sistema electoral es mejorable, pero funciona y funciona bien; si sirve, no lo intentes arreglar porque lo puedes descomponer; para una reforma se requiere consenso, sólo será buena si es para mejorar y no un retroceso, y con las actuales reglas se puede ir a la renovación presidencial.
Sobre la actitud de las autoridades electorales, el consejero presidente replicó que “juzgan dependiendo de si les favorece o no las resoluciones de los órganos electorales la actuación de la autoridad electoral. Hay que salirse, digamos, de la ceguera del taller y ver el conjunto”, pues insistió en que el INE ha sancionado a todos los partidos por igual.
Los legisladores pasaban de uno a otro tema, lo que el coordinador de los morenistas llamó “una miscelánea”. Hasta que llegó uno sensible: el presupuesto que apenas unas horas antes aprobó el Consejo General en medio del amago de Morena de que no le temblará la mano para volver a hacer recortes.
“Lo digo con mucho respeto, no quiero aquí abrir una polémica innecesaria, creo que aquí estamos hablando de la reforma electoral. Pero el ofrecimiento de veras, a tener un diálogo respetuoso y objetivo sobre lo que tiene que medir y cuánto debe costar la política y las elecciones en nuestro país. Me va a tocar negociar un presupuesto como Presidente del INE que no me va a tocar ejercer, así que eso abre una buena disposición para ir construyendo en adelante”.
Previamente, el ex consejero electoral, Marco Antonio Baños, admitió la importancia de una reforma para actualizar el sistema electoral, pero advirtió que modificar las reglas “a mitad del camino” es francamente inconveniente, además de señalar que el ahorro de 24 mil millones de pesos previsto en la iniciativa presidencial parte de una premisa incorrecta.
“Es punto central que entremos a una discusión respecto a qué le hace más daño al país: impulsar una reforma de estas características que le esté cobrando ciertas facturas al INE o pensar en una reforma que realmente sea útil para la modificación y actualización del sistema electoral”, dijo.
El diputado de Morena, Hamlet Almaguer preparó un par de dardos que resultaron en vano. Acusó que el INE no tiene credibilidad y que al pueblo mexicano le ofende el despilfarro económico de las y los consejeros. Pero a diferencia de aquellos gritos que lanzó desde tribuna cuando decenas de morenistas lo arroparon aquel 5 de noviembre durante la comparecencia de Lorenzo Córdova, ayer hasta apretón de manos le dio para despedirlo.
Luego, vino un autogol. Arturo Martínez militante de Morena y ex líder del Partido Comunista hizo un reconocimiento a Lorenzo Córdova dejando claro que “ha realizado un muy grande papel al frente del instituto, yo no lo regateo, soy de Morena, Morena hay muchos que lo acusan hasta de que se murió Pedro Infante pero Lorenzo es un gran funcionario mexicano”.
Y hasta criticó la iniciativa presidencial que consideró, en algunos puntos parece “que lo hizo, no sé si alguien que tenía insomnio o pesadillas” y “quien firmó la iniciativa no tiene la menor idea de lo que es el país”; o la incongruencia de que la credencial de los migrantes “no sirve para nada” pues no pueden votar para elegir a sus autoridades municipales, mientras “les importa un carajo quién va a ser presidente de la República o gobernador o traen ahora ese cuento del diputado migrante”.
Entre la mezcla de temas y dudas, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Rubén Moreira pidió una solución ante la intervención del crimen organizado en los procesos electorales, lo que el consejero presidente recordó que no es responsabilidad de la autoridad electoral.
Los gritos y los pasillos llenos de chiflidos y consignas quedaron atrás. Prevalecieron los abrazos, las risas forzadas y las selfies. Un adiós cordial en la que será, quizá, la última participación de Lorenzo Córdova ante la Cámara de Diputados, antes de dejar la presidencia electoral.
En su turno, el ex integrante del Consejo General del desaparecido Instituto Electoral del Distrito Federal, Eduardo Huchim, confió, sin embargo, en que la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador no corra la misma suerte que la reforma eléctrica y sea desechada.
Aseguró que las “supuestas intenciones” del gobierno federal para controlar al órgano electoral no resisten el análisis, y dijo que dejar la designación de los consejeros del INE en manos de elector “no es descabellado”, y aunque reconoció la posibilidad de que los ciudadanos se equivoquen, también pueden corregir.
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