El próximo proceso electoral que comienza en septiembre deberá ir de la mano con las autoridades sanitarias para evitar afectaciones por la pandemia, consideró el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova.
Durante la presentación virtual del informe “Protegiendo la integridad electoral en la era electoral” de la Fundación Kofi Annan, el consejero explicó que la pandemia ha impuesto varios retos no solo ahora y en los meses anteriores, sino en los que vienen.
Por lo que el proceso electoral del 2021 que ya implicaba el reto de una enorme polarización, deberá tener cambios que consideren medidas sanitarias.
“Hay cuatro nuevos desafíos que representa la pandemia. El estrictamente sanitario porque las elecciones implican una enorme movilización ciudadana, despliegue en campo de funcionarios electorales, reclutamiento y capacitación de funcionarios de mesa, y porque los actos de proselitismo político implican contacto cara a cara con muchas personas y eso implica el tomar medidas especiales y distintas a las que veníamos haciendo, ahora la relación con las autoridades sanitarias será fundamental”.
Explicó que el segundo problema es “la dimensión económica porque habrá una inevitable crisis económica que será una importante e inédita contradicción de todas las economías del mundo, la pobreza va a crecer y ello va a implicar que la movilidad de las democracias se verá afectada”.
Otros dos desafíos que impactarán en el marco electoral, es la tensión política y “los controles del poder” que ya se han visto en algunos países y que solo abonan a la polarización; así como el riesgo de dimensión social “porque habrá expresiones de inconformidad que si no los cuidamos pueden llegar a desbordar los cauces institucionales”.
Laura Chinchilla, presidenta de la comisión sobre elecciones y democracia en la era digital de la Fundación Kofi Annan, explicó que en cuanto a los retos digitales, la pandemia del covid-19 ha mostrado aún más las desigualdades y brechas tecnológicas entre los países de todo el mundo, pero principalmente entre los del norte y el sur de América Latina.
“El covid ha llevado a una nueva realidad que nadie imaginaba, es la tormenta perfecta para que de una vez por todas se dé la transformación digital y adaptemos las herramientas digitales de una manera obligada”.
Y alertó que para los futuros procesos electorales la tecnología y las redes sociales tomarán un papel fundamental que puede ser contraproducente, por lo que hay que tomar medidas previas.
“El discurso del odio ha sido tan antiguo como el discurso mismo, las falsas noticias han sido tan antiguas como la información misma, no es que hayan nacido por las redes sociales pero sí se han intensificado. Vemos discursos de odio, violencia, notificas falsas, manipulación de la información y la injerencia indebida de naciones extranjeras en los procesos electores de los últimos años”.
También consideró indispensable que las autoridades electorales estén atentas a los hackeos que se han vuelto cada vez más comunes y tomen en cuenta la importancia de invertir en ciber seguridad para garantizar procesos electorales confiables.
AE