A casi un año de la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de las presiones y especulaciones en el mercado financiero y bursátil, la inflación se mantiene estable y se confirma la proyección del Banco de México de cerrar 2019 en 4 por ciento. El tipo de cambio ha vivido etapas de montaña rusa, aunque finalmente se ha mantenido alrededor de 20 y 21 pesos para el dólar fix, el que se usa mayoritariamente para el pago de deuda externa y el que se vende en ventanillas está en 19.18 pesos.
Otro aspecto positivo para los mercados financieros se refiere a que la Secretaría de Hacienda no ha permitido mayor gasto público y por lo mismo no hay un déficit fiscal. El programa de austeridad ha sido criticado porque afectó proyectos de inversión importantes, y la mayor desconfianza de los inversionistas se debe a la cancelación del Nuevo Aeropuerto, a la construcción de la refinería en Dos Bocas, y a la construcción de un tren que no cuenta con el proyecto ejecutivo ni las constancias de que no se dañará el medio ambiente.
La principal batalla económica del gobierno de López Obrador ha sido mantener en un rango estable la calificación crediticia de Pemex; sin embargo, las decisiones políticas como la cancelación de rondas para asignar contratos petroleros, hizo que tanto Fitch y Moody’s la recortaran y catalogaran la deuda de Pemex con grado especulativo.