Cuando Andrés Manuel López Obrador aún era presidente electo planteó que en su gobierno la democracia sería su estandarte e incluso propuso una revocación de mandato y que serían los ciudadanos quienes decidirían si debería permanecer en el cargo. Han pasado dos años de su triunfo electoral y esta propuesta aún sigue pendiente.
El 27 de septiembre de 2018, la fracción de Morena en la Cámara de Diputados presentó la iniciativa para que se sea obligación y derecho de los ciudadanos votar en los procesos de revocación del Presidente de la República. Dos meses después, en entrevista con Azucena Uresti para MILENIO, López Obrador comentó que para ello haría una consulta pública al asegurar que "el pueblo pone, el pueblo quita".
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“La revocación de mandato es una reforma para que en mí caso, a mediados de 2021, en las elecciones intermedias se le pregunte a la gente ¿Quieres que continúe el Presidente o que renuncie? Porque el pueblo pone y el pueblo quita”, dijo en aquella ocasión.
Tras enviar la iniciativa al Congreso, el Senado aprobó en octubre de 2019 en lo general y en lo particular las reformas a nueve artículos constitucionales que introducen la revocación de mandato al sistema político mexicano, con las que se podrá remover al presidente de la República y a los gobernadores, con el 40% de los votos de la lista nominal de electores, para elegir nuevos gobiernos; y un mes después, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en los particular las reformas.
De acuerdo con el dictamen, la revocación de mandato podrá ser solicitada una sola vez en cada periodo sexenal y con las firmas de un número de ciudadanos equivalente a 3 por ciento del listado nominal, es decir, alrededor de 2.7 millones de electores al día de hoy.
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Para la eventual remoción del presidente Andrés Manuel López Obrador se estableció un artículo transitorio que permitiría celebrar la consulta revocatoria en marzo de 2022, cancelando la posibilidad de coincidir con las elecciones federales intermedias, como lo plantearon originalmente el Ejecutivo y Morena.
No obstante, los partidos de oposición han acusado que la revocación de mandato abre la puerta para una reelección, por lo que el 19 de enero de 2019 López Obrador firmó un compromiso para no hacerlo. El Presidente reiteró aquella vez que "nunca, bajo ninguna circunstancia intentaría perpetuarme en el cargo que ostento".
"Mis adversarios políticos, los conservadores, creen que soy como ellos porque su verdadera doctrina es la hipocresía; vociferan que la propuesta de revocación de mandato encubre la intensión de reelegirme en 2024", acusó López Obrador. Consideró que bastarán seis años para "desterrar la corrupción y la impunidad y convertir a México en una república democrática", aseguró.
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Ahora el Presidente, el 14 de abril, ofreció impulsar una reforma constitucional para adelantar la fecha para la consulta sobre la revocación de mandato, planteada para marzo del 2022, pero para empatarla con las elecciones de 2021.
Y en octubre pasado pidió a los opositores de su gobierno que “no coman ansias” pues el siguiente años habrá elecciones y al siguiente año se realizará la consulta sobre revocación de mandato.
“Las diferencias se pueden resolver por la vía democrática. Van a haber elecciones en todo el país y luego yo me voy a someter a la revocación de mandato. Lo único que le pido a los conservadores que están molestos porque ya no hay corrupción, lo único que les pido, es que no coman ansias, que se sigan preparando para que por la vía pacífica, sí así lo decide el pueblo, tengamos que retirarnos”, puntualizó.
irh