“Sí se pudo, sí se pudo”, gritaban los senadores de Morena en el 2019, cuando lograron sepultar el Seguro Popular, creado durante el gobierno de Vicente Fox, y, en su lugar, impulsar la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), con el que se garantizarían medicamentos, equipo y servicios médicos a 69 millones de mexicanos.
Para entonces, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzaba todo tipo de ataques a este programa que, aunque tenía afiliados a 53 millones de mexicanos, otorgando atención de primer y segundo nivel, incluyendo diferentes tipos de cáncer, también sirvió para la corrupción.
La Auditoría Superior de la Federación documentó que 10 estados, de 2007 a 2016, desviaron 7 mil 800 millones de pesos.
“Es evidente que no ha funcionado. Que ni es seguro ni es popular”, aseguró el mandatario.
El primero de enero de 2020, López Obrador consideró como un “hecho histórico” que se echara andar el Insabi.
“Van a contar con atención médica y medicamentos gratuitos. Se les va a garantizar ese derecho, para eso se creó el Instituto de Salud para el Bienestar. Este mandato Constitucional se convierta en realidad a más tardar el 1 de diciembre de este año”.
El encargado de ese cometido fue Juan Ferrer.
“Hoy inicia funciones Instituto de Salud para el Bienestar, cuyo objetivo primordial es garantizar servicios de salud gratuitos y de calidad, a 69 millones de mexicanas y mexicanos que no cuentan con seguridad social. Bajo la rectoría de la Secretaría de Salud y con criterio de universalidad, igualdad e inclusión, a través del Insabi habrá atención para todos los padecimientos. Esto incluye, aquellos que generan gastos catastróficos como VIH, cáncer y otros”
Pero las dudas de qué se perdía y qué se iba a ganar. Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, explicó el 21 de enero de 2020 que los ciudadanos deben tener “la certeza, la garantía de que en ningún caso vamos a ir para atrás” y que no se trataba de utilizar la infraestructura del IMSS, ISSSTE, Pemexni Fuerzas Armadas.
Tres años, tres meses, 25 días de operación, el Insabi desaparece con 266 votos a favor y 222 en contra. Fueron los mismos legisladores los determinaron ahora dejar como responsable al IMSS-Bienestar.
El diputado de Morena, Emanuel Reyes Carmona, presentó la propuesta de desaparecer el Insabi en este año.
“Ahora si garantizar la salud oportuna a todas y todos los mexicanos. En este contexto el Insabi enfocó sus esfuerzos, por supuesto, pero la realidad es que con la experiencia del IMSS hoy estamos avanzando en esta realidad. ¡Que viva el IMSS-Bienestar!”.
El Insabi nació con fallas estructurales de financiamiento y de programación. Su proyecto de otorgar atención especializada, en el tercer nivel, no prosperó. Tampoco el proyecto de llegar a la “última milla” para que los más pobres accedieran a atención.
Solo se valió de los recursos acumulados en el Fondo de Gastos Catastróficos, del desaparecido Seguro Popular, para poder operar.
Sin embargo, el Insabi no pudo sortear los diversos problemas que vinieron más adelante cuando la federación rompió con los distribuidores de medicamentos y sancionó e inhabilitó a laboratorios encargados de elaborar tratamientos oncológicos. Vino entonces el desabasto y las protestas.
Hubo un intento de resolver la situación. Se comisionó a la Secretaría de Hacienda que liderar y abrir las compras consolidada de medicamentos e insumos a productores extranjeros, muchos de los cuales incumplieron con los contratos.
Luego se recurrió a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (ONUOPS), pero tampoco se logró el abasto suficiente, por lo que el IMSS e ISSSTE recurrieron a las compras directas para abastecer el 50 por ciento de sus requerimientos.
Para entonces la ASF acreditó que no se entregaron 69 mil 44 piezas oncológicas a diversas instituciones de salud pública de México.
Con la llegada de la pandemia, en febrero de 2020, el Insabi cavó su tumba. Los recursos de Fondo Catastrófico o de Salud para el Bienestar se destinaron a vacunas, más de 45 mil millones, y a la reconversión hospitalaria, más de 30 mil millones. Se desconoce cuánto gastaron y si solo quedan 107 mil millones de pesos.
Con el Seguro Popular, el gasto de bolsillo de las familias era del 40 por ciento; con el Insabi, que jamás arrancó, se elevó al 70 por ciento.
Ahora el IMSS será el que arranque a menos de dos años del concluir el sexenio el proyecto de otorgar salud universal a todos los mexicanos.
EHR