La pandemia del coronavirus ha incrementado el estrés colectivo y la depresión entre el personal de salud que enfrenta la emergencia sanitaria, informó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
“Sabemos que en esta cuarta ola se está experimentando trastornos por estrés postraumático entre el personal de salud mixto, ansioso-depresivo, el Síndrome de Burnout (estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por el cansancio psíquico o estrés laboral) que causa ansiedad generalizada, trastornos del sueño y padecimientos que se tenía antes de la pandemia”, explicó la neuropsicóloga, Lucía Ledesma.
La afectación mental, abundó, afecta hasta el 50 por ciento del personal y, por ello, para revenir estos padecimientos, se mantiene programas de monitoreo de salud mental y atención terapéutica a quienes lo ameritan en consultorio virtual.
Así como el Programa de Apoyo Emocional y Asistencia Humanitaria Asistido por Perro, dirigido por la neuropsicóloga, que ha llevado la terapia afectiva de Harley “El Tuerto” a los trabajadores de 400 áreas covid en 15 hospitales del país, detalló la experta del Comité de Salud Mental.
El ISSSTE cuenta también con programas para su derechohabiencia en materia de salud mental, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la depresión se ha convertido en la principal causa de discapacidad en el mundo.
En México, la Encuesta Nacional de los Hogares 2017, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que 32.5 por ciento de los mexicanos vivían con depresión.
Por ello, la asesora Torres, destacó la importancia de estar preparados para lo que se ha denominado “la cuarta ola de la pandemia covid-19”.
“En esta etapa que ya viven otros países y se empieza a expresar en México, se espera que la población presente un aumento en las afecciones afectivas y del estado de ánimo, la depresión será de las más importantes que darán una señal evidente en la comunidad a nivel mundial, como una afectación a la salud derivada y exacerbada por la pandemia”, indicó.
Lucía Ledesma recomendó a las personas y familias estar atentos a identificar posibles signos de alerta que pongan en riesgo la salud mental: “detectar si estamos teniendo de manera persistente cambios bruscos de estado de ánimo como la irritabilidad, enojo, resentimiento, malestar generalizado, inquietud, miedo constante, fatiga, cansancio, hartazgo, dificultades para dormir y conciliar el sueño”.
“Si notamos que estos cambios alteran nuestros equilibrios afectivos para poder estar ecuánimes en tiempos de pandemia, es importante buscar apoyo u orientación psicológica”, puntualizó.
El ISSSTE impulsa campañas permanentes de autocuidado en redes sociales con tutoriales dirigidos a grupos vulnerables como adultos mayores, enfermos crónicos y jóvenes, con recomendaciones de hábitos de vida saludable en alimentación, ejercitación física, esparcimiento, ocio y fortalecimiento de las relaciones afectivas, que permitan desconectar de la realidad pandémica y protegerse de desarrollar alteraciones del estado de ánimo que pueden transformarse en un trastorno depresivo.
JLMR