Julio César Bonilla es casi tan fan de Santiago Nieto como lo es de Batman, a quien considera el líder nato de la Liga de la Justicia. Ex participante del movimiento estudiantil de 1999, llega a esta entrevista usando una elegante corbata azul y oro, porque su otra gran pasión es la Universidad Nacional, en donde, por las mañanas, es profesor de posgrado en la Facultad de Derecho.
Ser de Iztapalapa y viajar todos los días a Naucalpan para estudiar el bachillerato forjó su carácter tanto como el ejemplo de lucha y esfuerzo de su madre soltera, una mujer obrera y autosuficiente, que decidió ponerle ese nombre a su hijo porque nació de una cesárea.
Bonilla Gutiérrez, de 39 años, es desde diciembre de 2018, el comisionado presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de Ciudad de México, mejor conocido como InfoCdMx.
En febrero de 2015, días después de haber presentado su examen profesional para obtener el grado de maestro en Derecho Electoral, Santiago Nieto Castillo, recién nombrado titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) y quien había sido su profesor y el director de su tesis de maestría, lo invitó a trabajar con él.
El hoy titular de la Unidad de Inteligencia Financiera fue, para Bonilla, clave fundamental en su desarrollo académico y profesional; “fue la consumación de un gran proceso, de entender la vida pública, la democracia, las relaciones interpersonales, a la sociedad misma, de entender a México como lo vivimos hoy”.
¿Quién eres en tu vida privada?
Soy académico de la Universidad Nacional, puma de corazón, hay que decirlo. Empecé a ser universitario cuando ingresé al CCH Naucalpan, por allá de los 90, soy generación 95-96.
¿Por qué si vivías en el sur de la ciudad te fuiste a Naucalpan?
En los primeros resultados que emitió la UNAM, cuando hice mi examen, no aparecí en las listas y recuerdo que me vino como balde de agua fría. En esos días, 1995, hubo un paro de actividades en los CCH y aparece en medios que hay un movimiento estudiantil. Recuerdo que descubrieron que no se habían calificado una serie de exámenes y que estaban en cajas. La Universidad se comprometió a hacer la evaluación de esos exámenes y es como aparezco en la segunda lista de aceptados. El que se involucró más fue un amigo que un día en la mañana regresa y me dice ‘Julio, acaban de emitir una nueva lista y ya aparecemos los dos, el problema es que a mí me mandaron a Vallejo y a ti te mandaron a Naucalpan’.
¿Eres amigo de Santiago Nieto?
Fíjate que una vez se lo pregunté: oiga doctor, ¿ya somos amigos, verdad? Me dice ‘sí, ya somos amigos’. Y con todo eso, más de una vez me ha dicho que le hable de ‘tú’ y hasta hoy le sigo hablando de ‘usted’.
¿El 20 de abril de 1999, cuando estalla la huelga en la UNAM, dónde estabas?
El 20 de abril estaba en la Facultad de Derecho. En esos días hubo asambleas en toda la Universidad, fueron convocadas todas las facultades a determinar qué iba a suceder con la UNAM. Se había aprobado el Reglamento General de Pagos en condiciones totalmente ajenas a los intereses de los universitarios. El Consejo Universitario sesionó fuera de las instalaciones cuando aprobaron el reglamento. A mí me parece que fue el elemento que detonó el conflicto.
¿Participaste en la huelga?
Participé en el movimiento, por supuesto. Con base en mi origen, en términos sociales, naturalmente teníamos que defender la educación pública. Me formó muchísimo, pero ya después con todas las variantes que existieron en el movimiento, tenías que ir fijando tus determinaciones.
¿Cuándo es tu cumpleaños?
¡El 2 de octubre! Jajajaja. El 2 de octubre de 1980. Imagínate, me cuenta mi mamá que estaba dando a luz y mi padre, en la marcha del 2 de octubre. Esa también es una anécdota interesante, ya que nos remontamos a mi nacimiento, yo no me iba a llamar Julio César, y eso también vale la pena contarlo porque, mi papá, que es un apasionado de la cultura prehispánica, me quería poner Cuauhtémoc Huitzilopochtli.
¿Eres chairo o fifí?
Jajaja. Creo que soy humanista, soy demócrata.
¿Superhéroe favorito?
Así como soy fan de la democracia y de la Constitución, también tengo mi lado de chamaco y mi superhéroe favorito, con el que más me identifico, es Batman. Es el emblema de la intelectualidad, de la estrategia, de lo humano y creo que es el líder original y nato de la Liga de la Justicia, incluso por encima de Superman. Superman es un hombre superdotado, un dios para los terrestres, pero Batman me gusta porque es un humano como nosotros, con capacidades intelectuales muy avanzadas, y por supuesto —siempre le han preguntado que cuál es su superpoder— por ser multimillonario.