Tres días después de que el presidente estadunidense, Donald Trump, amenazara con cerrar la frontera con México, y con otra caravana migrante en ruta al vecino del norte, los principales cruces fronterizos con EU se han convertido en auténticos cuellos de botella, con filas kilométricas de automóviles en ambos lados y tiempos de espera de hasta seis horas.
En los puntos de San Diego, California, y El Paso, Texas, el gobierno estadounidense reportó que las razones de los retrasos obedecen a "escasez de personal" por parte del Buró de Inmigración y Control de Aduanas, por lo que se redujo el número de carriles disponibles para automovilistas cruzando desde México.
Desde el viernes pasado los tiempos de cruce se han duplicado y hasta triplicado: en Tijuana se pasó de 50 minutos a cinco horas. En Ciudad Juárez, el fin de semana se registraron esperas de hasta seis horas, muy por encima de los 60 minutos habituales, mientras que en Reynosa, de 70 minutos se pasó a tres horas.
Escenas como las descritas se observaron en el cruce de Tijuana-San Diego, considerado uno de los más efectivos y ágiles. Tan solo el sábado pasado, quienes atravesaron en automóvil por el puente fronterizo de San Ysidro tardaron hasta cinco horas.
"En vez de hacer una hora (de fila), ahora hacemos tres, y si van a cerrar la frontera, ¡imagínese!. Cinco horas de cola”, expresó un usuario, quien remató expresando su temor ante el posible cierre de la frontera.
Saturaciones
En Reynosa, Tamaulipas, la situación no fue diferente. Los tres puentes fronterizos de esa ciudad se mantienen a su máxima capacidad, lo que provocan filas kilométricas y que cientos de personas optaran por caminar, en vez de enfrentar la espera.
La hilera de automovilistas la conforman principalmente residentes del Valle de Texas, quienes visitan los fines de semana territorio mexicano. Este lunes, solo tres líneas estándar y un carril Sentri (identificación automatizada del vehículo) estuvieron habilitados en el puente Hidalgo; dos líneas en el puente Anzaldúas y dos estándar y una comercial en el Pharr.
"Tres o cuatro horas (de espera)... esa es la razón por la que mejor camino. Voy tres o cuatro veces a la semana por mis medicamentos y ahorita tengo que esperar mucho tiempo ya que las filas están bien largas y no hay suficientes agentes", comentó un usuario que optó por cruzar por la línea peatonal.
En Matamoros, en dos de sus cuatro puentes internacionales, Los Tomates y Los Indios, usuarios aseguraron que tardaron entre tres y cinco horas para atravesar a territorio estadunidense, mientras que en los conocidos como Libre Comercio y Veterans Internacional, la espera fue de 180 minutos.
Mientras tanto, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, durante la mañana de este lunes, el cruce internacional Puerta de las Américas o número 1, por donde el pasado 25 de febrero un grupo de 65 migrantes intentó cruzar ilegalmente, registró una circulación vehicular y peatonal lenta.
Por ejemplo, el carril Ready Line estuvo totalmente saturado. El tiempo de espera fue de hasta 90 minutos aproximadamente, mientras que en el carril exclusivo Sentri fue de 10 a 15 minutos, y en el área peatonal, de 30 a 45 minutos.
En tanto que en el puente internacional II Juárez-Lincoln, el lapso de espera vehicular rondó entre los 60 y 90 minutos, ya que la plataforma lucía abarrotada.
Los cruces fronterizos de Ciudad Juárez y Santa Teresa, en Chihuahua, también lucieron abarrotados este fin de semana, debido a la falta de personal en las garitas, aunque ayer comenzó a bajar el tiempo de espera.
Aunque este lunes disminuyó considerablemente el tiempo de espera, continuó siendo mayor al habitual. En el puente internacional Zaragoza se reportó un tiempo de espera máximo de dos horas y media.
Algunas líneas del puente Santa Fe llegaron hasta la calle 5 de mayo, lo que desquició el tránsito vial de la zona; pese a que comparado, con el sábado y el domingo, las filas eran más cortas y la espera máxima era de 15 minutos, grupos de personas optaron por cruzar caminando.
La semana pasada, el presidente Trump acusó a México de no hacer lo suficiente para frenar el flujo de migrantes centroamericanos que intentan llegar a EU, y amenazó que, de seguir esta situación, cerraría "la maldita frontera".
Ante tales declaraciones, y a la espera de la llegada de la nueva caravana de centroamericanos, cubanos y africanos, el alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, dijo que realizarán las gestiones pertinentes ante el gobierno federal para reforzar con más elementos policiacos a la ciudad fronteriza.
El presidente municipal llamó a las autoridades federales a blindar los puentes internacionales y no esperar hasta que llegue "una caravana tratando de violentar la tranquilidad, la paz y el desarrollo en Nuevo Laredo, afectando a tantísima gente que diariamente cruza a Estados Unidos".
“Que sea mala broma”
“Esperemos que la amenaza no sea más que una mala broma”, expresó ayer el economista Dan Grisworld, del Mercatus Center, de la Universidad George Mason, de Virginia. Señaló que la amenaza de Trump sería “totalmente descabellada” y resaltó que cada día cruzan la frontera un promedio de 15 mil camiones y mil 600 millones de dólares en productos.
“Si se interrumpe el comercio, los productores estadunidenses sufrirán agobiantes interrupciones en sus cadenas de abastecimiento, las familias verán un aumento en los precios de alimentos y vehículos, y los exportadores no contarán con su tercer mercado más grande”, destacó.
Aumentan remesas; ligan 35 meses al alzaEn febrero de este año las remesas de los mexicanos en el exterior sumaron 2 mil 387.3 millones de dólares, 6.4 por ciento más respecto al mismo mes de 2018, su mayor alza para un periodo similar en tres años y con ello ligan 35 meses al alza a tasa anual.
El Banco de México informó que en el primer bimestre de 2019 las remesas familiares sumaron cuatro mil 802.3 millones de dólares, lo que implicó un avance de 6.4 por ciento respecto al periodo enero-febrero del año pasado.
En febrero pasado las remesas registraron un ritmo a tasa anual similar a los últimos dos meses, pero aún por debajo del 10.5 por ciento de 2018, lo que podría reflejar un menor crecimiento del empleo de migrantes.
La institución financiera mantiene su expectativa de un ritmo de expansión más bajo para las remesas durante 2019.
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Con información de Carolina Garza, Said Betanzos y Ricardo Hernández.