La muerte de don Eugenio Garza Sada

MILENIO le comparte un recuento de lo que ha representado la muerte del empresario a manos de la liga comunista y los reclamos que esto generó en Nuevo León

El funeral de don Eugenio fue un acto multitudinario que paralizó la ciudad en 1973. ESPECIAL Y LEONEL ROCHA
Héctor Benavides
Monterrey /

Ayer viernes 17 de septiembre se cumplieron 48 años de la muerte de don Eugenio Garza Sada. Ese viernes 17 de septiembre de 1973, en la redacción del Canal 12, nos enteramos por el reporte que hizo a través de la XEAW 1280 AM nuestro compañero Víctor Salvador Canales.

En este aniversario luctuoso compartimos tres testimonios del Archivo de un Reportero.

Oración fúnebre-1973

Fragmentos de la oración fúnebre de Ricardo Margáin Zozaya en el Panteón del Carmen de Monterrey

Que sus asesinos y quienes armaron sus manos y envenenaron sus mentes merecen el más enérgico de los castigos, es una verdad irrebatible. Pero no es esto lo que preocupa a nuestra ciudad. Lo que alarma no está solo por lo que hicieron, sino porque pudieron hacerlo.

La respuesta es muy sencilla, aunque a la vez amarga y dolorosa: solo se puede actuar impunemente cuando se ha perdido el respeto a la autoridad: cuando el estado deja de mantener el orden público; cuando no tan solo se deja que tengan libre cauce las más negativas ideologías, sino que además se les permite que cosechen sus frutos negativos, de odio, destrucción y muerte (…).

Urge que el gobierno tome, con la gravedad que el caso demanda, medidas enérgicas, adecuadas y efectivas que hagan renacer la confianza en el pueblo mexicano.

Unos desean invertir sus capitales, pero temen confianza en el futuro porque se trata del futuro de la patria. Los más, se preguntan con legítimo derecho hacia dónde va la nación y cuál será el porvenir que les espera a nuestros hijos.

Luis Echeverría-1998

¿Sobre los asesinatos políticos recientes?

El del licenciado Colosio, lo mismo que el del cardenal Posadas Ocampo, el del licenciado Ruiz Massieu, todos deben de aclararse, si no es así, eso envenena al país.

Aquí en Monterrey, por ejemplo, se aclaró el asesinato del jefe de la industria, don Eugenio Garza Sada, tan respetado por todos y quien fue asesinado. A mí el día de su entierro en el panteón me dijeron que yo propicié un clima de violencia, que ya desde entonces había y que ahora se ha acrecentado y yo lamenté profundamente ese hecho, y a los 15 días se aclaró que una guerrilla de irresponsables lo había querido secuestrar y como se resistió, lo mataron.

En aquella ocasión en el panteón, el señor Ricardo Margáin habló fuerte contra su gobierno, siendo usted el Presidente de la República, ¿cómo interpretó sus palabras?

Me lo expliqué perfectamente, se cometió el asesinato de don Eugenio, envié al secretario de Industria y Comercio en mi representación, luego el licenciado Víctor Bravo Ahuja, que había sido rector del Tecnológico –que andaba aquí cerca en Nuevo Laredo–, y tres horas antes del sepelio, yo le mandé decir al señor Garza Lagüera que quería venir al sepelio y fui con él hasta el panteón.

Entonces inexplicablemente una gente tan respetable como el señor Margáin se echó un discurso muy fuerte diciendo que el gobierno federal auspiciaba la violencia y no era así, a mi suegro, José Guadalupe Zuno Hernández, lo secuestraron también en Guadalajara.

Salvador del Toro, fiscade hierro-1996

Finalmente, licenciado Salvador del Toro, las personas que dieron muerte a don Eugenio fueron liberadas ¿cuántos quedaron libres?

Alrededor de 10, todos los que estaban presos salieron, 11 en total, contando al doctor Miguel Torres Enríquez, alias el Doctor Ulises, era egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León. Él fue el cerebro del atentado y muerte del señor Garza Sada.

¿Fue en el último año de gobierno del doctor Pedro Zorrilla Martínez cuando se liberó a estas personas?

Mire, tengo entendido que la Ley de Amnistía que dictó el presidente López Portillo fue con motivo de que ya hubiera otra etapa en la vida política de México, ya las guerrillas prácticamente no actuaban.

Entonces se trató de que viniera una nueva época de paz y tranquilidad, pues porque mientras estaban presos había gente que pugnaba por la libertad de ellos y lo hacían mediante actos ilegales, actos indebidos, secuestros y demás.

¿El presidente José López Portillo y el gobernador Pedro Zorrilla notificaron a la familia de don Eugenio Garza Sada que se liberaría a los 11 responsables?

Con todo respeto a su pregunta, yo pienso que el presidente López Portillo dictó la Ley de Amnistía tomando en cuenta la tranquilidad de la nación, que es lo que se buscaba en ese momento.


LAS MÁS VISTAS