Con la esperanza de que las condiciones del sistema educativo mejoren con la llamada Nueva Escuela Mexicana, este lunes 1.2 millones de docentes iniciarán el ciclo escolar 2019-2020.
Tras la promulgación de la reforma educativa —el 15 de mayo, con lo que se abrogó la reforma de Peña Nieto—, los maestros regresarán a las aulas ya sin los procesos de evaluación como se establecieron en el sexenio anterior.
Si bien, aseguran, eso los tiene satisfechos, también prevalece una incertidumbre debido a que inician un ciclo en cual está pendiente por definir cómo será la asignación y promoción de plazas, las evaluaciones y la entidad encargada de hacerlas, además de que existen programas de estudio dispares, y un incipiente contenido y orientaciones de la nueva propuesta de trabajo de la denominada nueva escuela.
Hasta la semana pasada, los docentes aún terminaban con los talleres de capacitación “Hacia una Nueva Escuela Mexicana”, en los que mediante guías, en los Consejos Técnicos Escolares, reflexionaron sobre los anteproyectos de las leyes secundarias, sin que hayan sido aprobadas por los diputados, lo cual se prevé ocurra en la primera semana de septiembre, ya que la fecha límite es el 12 de septiembre.
—¿Con qué ánimo inician la Nueva Escuela Mexicana?
—La realidad de la nueva escuela ya la veremos cuando salgan las leyes secundarias, lo que sí vemos como cambio es la mirada que está forjando la sociedad hacia el magisterio y el hecho de que los vean desde una perspectiva diferente cambia la visión que tienen, creo que es más positiva, —afirma Édgar Gallego, director de la primaria Rafael Solana, en Iztapalapa.
—El aspecto de la evaluación, que es lo que más nos preocupaba, es lo que sí nos queda claro, ya no es un aspecto que tiene que ver con el ámbito laboral, esa desvinculación de la evaluación y del aspecto laboral me parece que es un alivio, —reconoce Arturo Pioquinto, profesor de la primaria Rafael Solana.
—Aún no se aprueba las leyes secundarias. ¿Hay incertidumbre?
—Tenemos incertidumbre en muchas cosas, por ejemplo, con los programas de trabajo, un niño de primero va a empezar a trabajar con un plan de aprendizaje clave de primero y segundo; tercero y cuarto lo hará con otro de 2011 y para cuando salga de quinto y sexto lo estará haciendo con el programa de la Nueva Escuela Mexicana, será como un coctel de diferentes planes en el transcurso de su educación. Como docentes tenemos el trabajo y la responsabilidad de darle certidumbre a la sociedad de que sabemos hacer nuestro trabajo en las aulas, —explica Gallego.
—En los términos secundarios tiene que abrirse una discusión de los parámetros de cómo acceder al sistema educativo. La SEP no debe ser un sector para ciertas escuelas que forman alumnos. Como egresado de la UNAM tuve que esperar procedimientos y si solo privilegian normalistas le están cerrando el paso a profesionistas que también tienen las capacidades y habilidades para desempeñar el ámbito docente, —precisa Pioquinto.
Tan solo en CdMx regresan a clases cerca de 2 millones de estudiantes y con ellos el programa de uniforme neutro.
Para la maestra veracruzana Guadalupe Rodríguez decepciona que se eliminara la evaluación docente y que no haya cambios en el programa de estudios, lo que le genera incertidumbre laboral.
Mientras que Carlos Alberto Villarreal, supervisor de la Zona 84 de Río Grande, Zacatecas, indicó que existe cierto optimismo en los maestros; sin embargo, tiene ciertas inquietudes sobre cómo se van a asignar ahora las plazas.
José Ernesto de Lira, profesor de secundaria, advierte que aún no están preparados para los programas de la Nueva Escuela Mexicana, lo cual abre la posibilidad de quedarse cortos.
Con información de: Isabel Zamudio, Alberto Valiente y Liberto Ureña.