Seis años y tres meses después, Andrés Manuel López Obrador regresa a su origen. El próximo 27 de noviembre encabezará una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México, acto que no realizaba desde el 26 de junio de 2016.
Su regreso a las calles, ahora como Presidente, es un hecho sin precedentes en la historia moderna del país.
La carrera del tabasqueño dio el salto a la vida nacional cuando en 1991 organizó el Éxodo por la democracia, que inició en su estado natal y concluyó en la Ciudad de México, en protesta por las irregularidades cometidas por el PRI en las elecciones municipales de ese año.
Cuatro años más tarde, en 1995, realizó un segundo éxodo que fue antecedido por una proclama nacional que planteaba como ejes la defensa de la soberanía nacional, la democracia y el desarrollo económico con sentido social, así como impedir la privatización de Petróleos Mexicanos.
A mediados de los 90, López Obrador se convirtió en dirigente nacional del PRD y, siendo una de las principales figuras de la oposición, tomó como bandera la lucha contra el Fobaproa. En ese entonces, organizó manifestaciones públicas, marchas y hasta una consulta popular para preguntarle a la ciudadanía si estaba de acuerdo con convertir las deudas privadas en públicas. Y aunque tuvo buena participación ciudadana, no tuvo ninguna consecuencia.
En el año 2000, el tabasqueño se convirtió en jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, periodo en el que vivió un constante enfrentamiento con el presidente panista Vicente Fox. Los desencuentros subieron de tono hasta el punto en que López Obrador fue desaforado con el aparente fin de inhabilitarlo políticamente ante su eventual candidatura presidencial.
Este hecho derivó en una de las movilizaciones más importantes que ha encabezado, la llamada Marcha del silencio, desde el Museo de Antropología hasta el Zócalo, que se celebró el 24 de abril de 2005 ante una Plaza de la Constitución abarrotada.
Pero la más emblemática se llevó a cabo en 2006, después de perder las elecciones presidenciales en contra de Felipe Calderón, y que llevó a pedir el “voto por voto”. El actual Presidente acusa hasta la fecha que en ese proceso se orquestó un fraude desde el Ejecutivo, encabezado por Fox Quezada.
Las movilizaciones por el supuesto fraude electoral terminaron en un campamento permanente sobre Paseo de la Reforma para protestar contra los resultados que lo declararon perdedor.
En este sexenio, el Presidente realizó algunas movilizaciones destacando únicamente una realizada en el 2008, en defensa del petróleo.
Para las elecciones presidenciales de 2012 retomó actividades en las calles y su cierre de campaña consistió en una marcha desde el Ángel hasta el Zócalo.
Ese mismo año y pasadas las elecciones en las que también resultó perdedor, convocó a una concentración multitudinaria en repudio a la “imposición” de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República.
En el primer año de gobierno de Peña, el ahora mandatario se movilizó junto con sus simpatizantes para repudiar las llamadas reformas estructurales. Primero, encabezó una movilización en conjunto con la dirigencia nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y posteriormente participó en otra manifestación en defensa del petróleo y la economía popular.
En diciembre de 2013, el ahora Presidente sufrió un infarto, lo que derivó en una disminución de sus actividades públicas.
Finalmente, en junio de 2016, López Obrador convocó a una marcha en defensa de los maestros de México, en la que aprovechó para exigir la destitución del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por ordenar el operativo donde se manifestaban maestros en Nochixtlán, Oaxaca.
Ésta fue la última marcha en la que participó López Obrador como opositor y en diciembre de 2018 tomó posesión como Presidente de la República.
LP