Debido a que la Constitución Política actual del estado de Nuevo León data del año 1917, a que se le han hecho más de 600 reformas, y a que ya no corresponde a las necesidades de la sociedad moderna, los senadores Samuel García Sepúlveda y Miguel Ángel Mancera, así como el especialista Miguel Carbonell Sánchez, coincidieron que es “urgente” que la entidad cuente con un nuevo marco constitucional.
Esto dentro de la conferencia “Experiencias de la Nueva Constitución de la Ciudad de México para Nuevo León”, realizada dentro de las instalaciones del Pabellón M, y la cual contó con la asistencia, entre otros, del alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza Santos, diputados locales, magistrados, miembros de derechos humanos y de la comunidad LGBTI.
De acuerdo con García Sepúlveda, organizador del evento, desde hace un año se mencionó en el Congreso del Estado de la urgencia de una nueva constitución, y recordó que la entidad ha tenido cinco marcos regulatorios constitucionales, el de 1825, el de 1849, el de 1857, el de 1874 y el actual de 1917, mismo que aseguró, ya no cumple con brindar todos los derechos a todas las personas.
Por su parte, Carbonell Sánchez, asesor de la Constitución Política de la Ciudad de México, misma que entró en vigor el pasado 17 de septiembre, el estado de Nuevo León puede, debe y merece una nueva constitución estatal.
“Yo les diría que no se demoren, y mi sugerencia sería, dense prisa”, indicó el experto durante su conferencia.
Por ello, dejó en la mesa varios cuestionamientos en caso de que la entidad se decidiera a ir en busca de ese “urgente” nuevo marco constitucional.
Donde destacó, primeramente, si hacerlo con un congreso constituyente, como en la Ciudad de México, o a través del Congreso local y los Ayuntamientos, como hiciera el estado de Durango.
Además, agregó, es vital que exista un plebiscito, referéndum o consulta ciudadana ya sea antes o después de que se realice el nuevo texto, en la Ciudad de México, explicó, la consulta se hizo previa a la creación de la constitución.
Y recalcó el hecho de que no puede ser “una constitución política para políticos”.
Y, añadió, se debe poner atención a que los foros de consulta que se lleven a cabo sean con o sin el texto, definir quién envía la iniciativa, el ejecutivo, el legislativo, ambos, o propuesta ciudadana, pero, enfatizó, que la redacción del marco legal no se haga por medio de grupos grandes.
“Las leyes se redactan en una mesa chiquita”, precisó.