López Obrador reparte flores a Claudia, Adán Augusto y Ebrard...

El Presidente da luz verde a sus corcholatas para que recorran los estados y apoyen a candidatos de la 4T que buscan una gubernatura en las elecciones.

La jefa de Gobierno y el secretario de Gobernación estuvieron en primera fila de la mañanera. (Especial)
Alma Paola Wong
Ciudad de México /

La sucesión presidencial, un tema que pone nerviosos a todos, menos al presidente Andrés Manuel López Obrador, terminó dando el tono del regreso del mandatario al Palacio del Ayuntamiento, pues acabó por hablar de su relevo y el papel que jugará en la selección de candidato de Morena, sin admitir que su sola opinión pesará en la designación, pues “tiene más peso la opinión de la gente”.

Y en su habitual conferencia matutina dejó claro su preferencia por la jefa de Gobierno.

La penúltima pregunta en la conferencia, que transcurría sobre temas como Estados Unidos, seguridad y salud, puso nerviosos a todos en el presídium, pues un periodista le dijo que a pesar de que él había dicho que no era “la consentida” para la sucesión presidencial, la opinión pública decía otra cosa y le preguntó si el secretario de Gobernación era su plan B.

Yo no sé dónde dije que ella no era… —el Presidente alargó su respuesta.

—Yo le pregunté en una conferencia de prensa —contestó el reportero —Y (usted) dijo: ‘No, no es mi consentida”.

Pero justo en ese momento, por ahí, de entre la multitud que seguía la conferencia, salió una voz perdida que detonó la carcajada presidencial y hasta de las corcholatas presentes: “¿O sí es?”.

Tras las risas, el Presidente hizo las aclaraciones y repartió amor.

“Yo la quiero mucho, la quiero mucho, a Claudia; y Adán, imagínense, es mi paisano; Marcelo está haciendo un trabajo de primera”, lanzó, para incluir nuevas fichas en su juego de la sucesión: ahora mencionó al director del IMSS, Zoé Robledo, y hasta al subsecretario de Salud Hugo López-Gatell.

Mientras, reían nerviosos Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López al borde de sus sillas, compartían comentarios Rosa Icela Rodríguez y el general Luis Crescencio Sandoval y en la fila de atrás Zoé Robledo y López-Gatell seguían atentos las palabras presidenciales.

López Obrador se cuidó de nombrar a alguno como el favorito. Aclaró que se lleva bien con todos y que apoyará a quien gane la encuesta de Morena para la definición del candidato rumbo a la silla presidencial.

Ebrard no estuvo en el presídium. Él esperó las poco más de dos horas que duró la conferencia, en uno de los salones de la sede del Gobierno capitalino, ya que llegó desde las 6 de mañana, pues ahí mismo se celebró la reunión del Gabinete de seguridad federal. Apenas si se asomó por uno de los pasillos del primer piso al concluir la mañanera.

“Estuvo con nosotros hoy, y me está esperando porque tenemos que ver, precisamente, este asunto de la Cumbre; me está esperando y va a desayunar con nosotros”, informó el mandatario.

Incluso, se tomó el tiempo de recordar que en 2012 cuando se definió al candidato de la izquierda a la presidencia, Marcelo se portó bien y no “escuchó el canto de las sirenas”, dejó que él fuera el abanderado en un momento en que los “conservadores” le apostaban a la ruptura en el partido.

“Pero Marcelo se puso cera en los oídos y no escuchó el canto de las sirenas y yo fui candidato, porque gané la encuesta.
“Bueno, eso mismo es lo que yo deseo y, al que gane la encuesta, hombre o mujer, yo voy, en mis tiempos libres, que son muy pocos, cuando menos a expresarlo, a decirlo, no voy a hacer campaña, pero voy a estar con el que gane la encuesta. Eso sí va a quedar claro: voy a estar con el que gane la encuesta”, aseguró.

¿Lo acompañaría a los eventos? —se le preguntó.

"No, nada. Nada, nada, nada, nada más eso, porque no se debe usar el dinero del presupuesto, que es dinero de todos, para apoyar a ningún candidato y a ningún partido” —agregó.

¿Ni los fines de semana haría campaña? —se le insistió.

—Ni los fines de semana —recalcó el Presidente.

Tras lo cual, López Obrador dio su aval para que los funcionarios públicos, aspirantes a la sucesión, se placeen siempre y cuando lo hagan sin uso de recursos públicos.

“Yo creo que, si no tienen ocupación o ya hicieron su tarea y no le cuesta al gobierno, porque no se debe utilizar dinero del presupuesto, pueden hacerlo, son ciudadanos”, lanzó.

López Obrador aclaró que aunque él no acompañaría al candidato, funcionarios como Sheinbaum o Ebrard sí lo pueden hacer porque se trata de elecciones estatales, no de la definición presidencial.

Sheinbaum lo escuchaba con la mirada atenta y amplia sonrisa. Augusto López permanecía de pie con rostro serio.  

“Es que son cosas distintas; o sea, una elección presidencial es distinta a una elección de un estado, ustedes lo saben; o sea, nada más piensen que todos los movimientos, los más importantes, para bien y para mal, se desatan alrededor de la Sucesión Presidencial. Entonces, en nuestra historia, son los momentos más difíciles”, declaró.

ledz

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