Madres buscadoras de Tamaulipas acusan a ex nuncio apostólico de censurar carta donde piden ayuda al Papa

La carta enviada por la Unión de Madres Buscadoras de Tamaulipas al sumo pontífice hacía énfasis en la impunidad y el incremento de violencia en el país.

Exigir justicia a las autoridades, es más difícil; acusan omisiones de los gobiernos federal y estatal. (Cuartoscuro / Archivo)
Sandra Rojas
Ciudad de México /

A un año de que la Unión de Madres Buscadoras de Tamaulipas pidiera una tregua al cártel del Golfo para buscar los restos de sus seres queridos, la portavoz del colectivo, Delia Quiroa reveló que el ex nuncio apostólico de México, Franco Coppola, censuró una carta dónde le pedían ayuda al papa Francisco para pacificar la frontera y el estado, así como apoyo espiritual, moral y acompañamiento para las familias de desaparecidos; no quiso entregar la carta al Papa por considerar que “incitaba a la violencia”.

Nos gustaría que (la carta) llegara al Papa, porque considero que no es una carta que incite a la violencia, como en su momento me dijo el nuncio, sino todo lo contrario, son problemas que, a lo mejor si la Iglesia hace un año hubiera intervenido se hubieran podido haber evitado los asesinatos de los dos curas (jesuitas) y a lo mejor muchos otros”, contó a MILENIO Delia Quiroa.

La carta fue entregada al ex nuncio apostólico el 2 de agosto de 2021 y hace hincapié en la impunidad, el incremento de violencia en el país; alerta sobre las agresiones a sacerdotes y la colusión del crimen organizado y autoridades en el delito de desaparición, pues detalla que las víctimas de los enfrentamientos entre cárteles y autoridades están en las fosas comunes municipales.

Los y las familiares de personas desaparecidas ya estamos desesperadas por esta situación, aquí en México el crimen organizado emana de las entrañas del gobierno, es lo que detectamos durante todo este tiempo que hemos andado buscando nuestros desaparecidos, y es porque urgentemente pedimos su intervención (…) porque no tenemos adecuada atención médica, psicológica, psiquiátrica, ni consuelo o esperanza alguna. Sabemos que curas de la Iglesia también han sido víctimas de la violencia y entienden por lo que pasamos”, destaca la epístola.

“La realidad les pegó en la cara, a tiempo se les dijo que había que hablar con el crimen organizado”, dice Delia al preguntarle sobre las jornadas de oración y el diálogo entre autoridades, sociedad civil e Iglesia al que ha convocado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para cambiar la estrategia de seguridad. Ella llama a los sacerdotes a ser medidores para avanzar en la pacificación del país.

“Los curas los casan, los bautizan, van a los ranchos hasta sus eventos, entonces, ¿por qué no los curas tratar de platicar con ellos? Decirles ‘mira, ni a ti, ni a mí, ni a nadie, nos conviene la violencia en el país, no hay inversión, son muchas cosas que vienen a perjudicarnos a todos en lo general’”, mencionó.

Para los colectivos de búsqueda en Tamaulipas es más viable que los narcotraficantes se tienten el corazón y les permitan buscar a sus seres queridos en campos de exterminio como La Bartolina, en Matamoros.

“El crimen organizado a nosotros nos respeta, la verdad es que no se ha metido con nosotros y ni en nuestra labor de búsqueda, ni nada, yo quiero creer que es debido a este mensaje que se les manda y se les dice que no buscamos culpables, solo queremos saber dónde están nuestros familiares y pues qué bueno que así lo entendieron”, señaló.

En cambio, exigir justicia a las autoridades es más difícil; acusan omisiones de los gobiernos federal y estatal, la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos de Desaparición Forzada de Personas de Tamaulipas, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).

“De nada sirve en muchas ocasiones que se les pida justicia, que se pida que se dé con los responsables porque el gobierno simplemente no quiere hacerlo, ya aquí ya es la conciencia del criminal que comete un acto como el de desaparición forzada o cualquier otro, que decida dejar a la víctima a la vista, que decida entregar el cuerpo y no robarnos hasta eso, el saber qué pasó. Entonces, yo pienso que primero se tiene que concientizar por ahí, fíjate lo que hiciste, ya le quitaste la vida, si algo te debía ya te cobraste con su vida, pero ya déjalo por ahí, para que la familia pueda saber qué pasó y tener un duelo y cerrar ese capítulo”, destacó.

dr

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