La magistrada Janine Otálora y el magistrado Felipe De la Mata Pizaña calificaron como “una mala idea” llegar al extremo de elegir a las magistraturas electorales en las urnas, pues su papel debe ser tener un compromiso con el orden constitucional y no de carácter político, además, de que generaría conflictos de interés con el Ejecutivo.
En la Feria Internacional del Libro, durante la presentación de Repensemos el Tribunal. Propuestas para una reforma, las magistraturas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se pronunciaron, por primera vez y de forma contundente, sobre la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de que sus cargos se elijan desde las urnas.
La magistrada Otálora, década de la Sala Superior del TEPJF, sostuvo que, si bien es cierto que el mecanismo de elección puede ser perfectible, no se puede llegar “al extremo” de llevarlos a las urnas, pues lo que importa es el perfil profesional con que cuenten y no la simpatía con un electorado.
Destacó que el proceso de preselección se basa en la experiencia y si “después hay un cabildeo que se tiene que llevar a cabo en el Senado”, en realidad la labor es convencer del por qué son el mejor perfil técnico y profesional “y, finalmente, los actores políticos puedan sopesar cualidades y defectos de la candidatura”.
Consideró que, con este proceso, la clave está en “tener ingratitud hacia quien nos nombró, ese es el centro. El problema no es la manera de selección, el problema es a quién seleccionan y la manera en la que se asume uno, con independencia de quien votó por nuestra candidatura”, pues reiteró que el papel de los jueces no son las campañas.
“Yo como jueza, no me veo haciendo una campaña de ciudad en ciudad, de comunidad en comunidad tratando de convencer a la gente por qué yo soy la que mejor sabré cómo anular una elección o cómo sobreseer un juicio o cómo llevar a cabo un recuento de votos; o sea, ni con qué dinero se sabe con qué se va a llevar a cabo, porque esa es otra pregunta”.
Por lo que destacó que las magistraturas electorales tienen un compromiso con el orden constitucional y no de carácter político.
Mientras el magistrado Felipe de la Mata Pizaña calificó como “una mala idea” llevar sus puestos a las urnas, pues la ciudadanía difícilmente vote por el perfil más preparado.
“Es que ¿alguien tiene duda? Por supuesto que se tiene que perfeccionar, pero no podemos pensar que la fórmula de designación sea la vía democrática, un magistrado es un experto en derecho y un magistrado electoral es un experto en derecho constitucional y electoral.
“¿Qué votaría la gente? ¿Por el que más sepa? Eso sería razonable, ‘Vamos a votar por el más sabio constitucionalista electoral de México’, pero ¿y si no? ,¿por qué votaría?, ¿por el más guapo?, ¿por el más simpático?, ¿por el que mejores chistes cuenta?, ¿por el que diga: ‘Yo quiero ser parte de la transformación o de todo lo contario’? Es que no hay ninguna razón”.
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Consideró que el principal motivo por el que es una mala idea esta propuesta presidencial es porque las y los magistrados electorales “validamos al Presidente de la República y él es el que presenta la terna, ¿no queda claro el conflicto de intereses? ¡Es conflicto de interés! Punto. Y si después tiene que juzgarlo ¿le va a devolver el favor o no?”.
Lo que alejaría los perfiles técnicos y los sometería a compromisos, y propuso como mejora para el proceso de selección exámenes de conocimientos que se hagan completamente públicos, para garantizar que los perfiles electos son técnicos y de mejor capacidad.
Otálora agregó que, en cuanto al número de magistraturas, que en este momento son siete, eso se sustenta por la híperlitigiosidad electoral, que utilizan los partidos incluso como una estrategia de campaña política.
“Aunque yo nunca he compartido el que a mayor litigiosidad, mayor confianza de la ciudadanía en un tribunal, no, a mayor litigiosidad menor madurez de los actores políticos, definitivamente”.
Los fraudes no lo hace el Tribunal, los hacen los políticos: Otálora
Ante los ataques que se han dado en medio del debate de la reforma electoral, e incluso, los comentarios del propio López Obrador sobre los supuestos fraudes avalados desde el Tribunal Electoral, la magistrada Janine Otálora defendió su labor asegurando que las magistraturas no pueden hacer fraudes electorales.
“Estamos a dos años de la elección presidencial y ya se dice que hay que cambiar al Tribunal porque hace fraude, este es un fantasma del imaginario colectivo que escuchamos de manera constante y que es difícil que se siga dando mientras haya un INE que organiza las elecciones y un Tribunal que las califica. El Tribunal no hace fraudes, se pronuncia sobre denuncias de supuestos fraudes cometidos por los actores políticos, lo que es muy distinto”.
El magistrado Felipe de la Mata Pizaña también habló sobre la necesidad de que cambie la forma en que se elige a la presidencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral, pues ya no puede estar en manos de las propias magistraturas.
“Entre periodicazos, gritos y grillas, no es digno entre jueces esa fórmula, debemos estar por encima de esas grillas internas, y el que diga que los de afuera, es decir, los políticos, no se aprovechan de esas grillas para intentar influir, no ha entrado al Tribunal.
“Que sea por decanato y ya está. Una fórmula que se sea presidente por dos años, el más antiguo de edad o por entrada y que a todos les toque en algún momento ser presidentes, que no sea una especie de ‘Juego de Tronos’ donde empiecen a rodar cabezas, en serio, queremos dignidad en la presidencia, que esa grilla no le pertenezca a los magistrados. O por otra fórmula que sea por tómbola, así de sencillo”.
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El INE no se toca es buena consigna, pero sí se tiene que tocar: Garza Onofre
Tito Garza Onofre, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y coordinador del libro Repensar al Tribunal. Propuestas para una reforma, señaló que caer en la defensa absoluta del Instituto Nacional Electoral es caer en el mismo discurso de extremos.
“No todo está mal, no sólo se trata de criticar, lo que tratamos de hacer es una propuesta para entender que el más sencillo, en el actual contexto político es adjetivar, creer que todo está bien o todo está mal, la vida es así, de grises, de matices, el INE no se toca, bueno, como consigna está bien, pero hay cosas que sí se tienen qué tocar. El agua tibia ya existe y la democracia es mejorable, el único régimen perfecto es la dictadura.
“Lo más sencillo es pensar en el machete y no en el bisturí o apostar por que se vaya al carajo, pero no todo está mal, se requiere de un diálogo, no es quedarnos en ‘estás a favor o en contra’, ‘defiendes o atacas al INE”.
También consideró que la base está en entender que la ciudadanía requiere conocer la labor de los jueces, aprendiendo a diferenciar lo que es divulgar y lo que es informar.
“Una cosa es subir perritos y a Taylor Swift a TikTok, está bien, eso sirve para divulgación, pero una cosa es divulgación y otra es información, en realidad conocemos a los jueces en sus sentencias, de poco servirá tener un TikTok llena de perritos si en una sentencia dices que lo mejor es quitar a todos los perritos”.
EHR