Cuando se quita la bata de médico, Emilio Jacques Rivera, candidato a la gubernatura de Fuerza Por México, se relaja con sus hijos jugando al ping pong, hockey de mesa y algo de beisbol, porque dice no ser amante del cine y tampoco de las series.
Debido a que tiene “su corazoncito”, se propuso contraer matrimonio para tener una gran familia, apegada a Dios, y la tarde del 21 de abril del 2001 en el Vaticano, bajo la ceremonia del ahora santo, Juan Pablo II, Jacques cumplió su cometido.
Graduado con honores en la Facultad de Medicina por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Jacques asegura que en sus 62 años de vida nunca ha pisado un antro para divertirse, ni cuando formaba parte de la fraternidad en Boston, porque lo suyo siempre fueron los libros.
Además, el ahora político afirmó que nunca ha comprado una botella de tequila o cualquier bebida que contenga alcohol, sin embargo, como viajó a más de 10 países para estudiar, extrañó los frijoles con arroz, los chiles rellenos y, como buen regio, el tradicional cabrito.
¿Dónde creció?
Soy originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, ahí crecí hasta los 10 años y luego mi familia se mudó a Monterrey, Nuevo León, y la ciudad me adoptó, estuve en la secundaria 10 y por ahí paso todos los días.
Posteriormente ingresé a la Prepa 2 de la Uni, donde actualmente tengo mis oficinas, el destino me volvió a los mismos lugares.
¿Dónde estudió su carrera?
Me gradué con honores en la Facultad de Medicina en 1980. Mis padres con mucho sacrificio y esfuerzo me mandaron a especializar a Boston, Massachusetts, y me especialicé en un programa de la Universidad de Boston y de Harvard en traumatología y ortopedia, por esos estudios conocí al mundo trabajando.
¿Tiene biblioteca?
Sí, es grande porque era de mi padre, después pasó a su humilde servidor y ahora mi hijo de 18 años la está agigantando, son más de 300 libros, entre mis autores favoritos está Alfonso Reyes.
¿Qué hace en sus ratos libres?
Me he dedicado a estudiar y trabajar intensamente, me da pena y vergüenza decirlo, pero he hecho más de 30 mil operaciones, ahora con mis dos hijos. Me gusta jugar al ping pong, a veces tenis y mi hobby es coleccionar monedas antiguas, el arte de la numismática, es una tradición desde mi abuelo y ahora lo he adoptado.
¿Hay algo de usted que no se sepa?
Mi vida es rutinaria, no escondo nada, mis amigos y familia todo lo saben.
¿Le tiene miedo a algo?
Esta palabra no existe en mi humilde diccionario.
¿Tiene algún crush?
El famoso crush que yo recuerde nunca tuve… bueno, mi esposa.
¿Futbol o beisbol?
Me gustan los dos, pero más el beisbol, que es el rey de los deportes, siempre jugué y sigo jugando hasta la actualidad.
De chico mi mamá me decía que me dormía con el uniforme puesto, fui pítcher, tengo mi foto con Valenzuela, claro que mi equipo favorito es Sultanes.
¿Cuál es su comida favorita?
Cuando estaba trabajando alrededor del mundo, siempre extrañé la comida, los frijoles, arroz, chiles rellenos y el cabrito. Nunca he comprado, ni he tomado una cerveza, me abstuve al mil por ciento, me gusta más el agua mineral.
¿Apoyaría a las minorías?
Claro, son la esencia fundamental de uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad.
¿Es amigo de Manuel de la O?
No, él es pediatra. Yo lo conocí hace tres años o cuatro, cuando yo fui subsecretario de Salud del actual gobierno.
¿Qué atesora?
La salud.
¿Qué música le gusta?
No sé bailar, pero me gusta la música, tengo grandes amigos, y a la vez pacientes, como don Lorenzo de Monteclaro, me gusta la música norteña. Nunca he visitado ningún antro, cuando fui subsecretario me tocaba visitar a los que no cumplían la norma, pero como cliente, jamás he visitado un antro, con los libros en el estudio, esa ha sido mi vida.
¿Cuál es su hobby?
Mi hobby es coleccionar monedas antiguas, el arte de la numismática.