Marcial Trejo Hernández estaba por cumplir 39 años de edad cuando decidió emigrar a Estados Unidos a buscar una oportunidad de trabajo, pero jamás imaginó que sería una de las más de 50 víctimas del tráiler hallado en San Antonio, Texas, la semana pasada.
Con la ilusión de juntar dinero para los 15 años de su hija Yamilet, Marcial se dirigía a Georgia y para ello le marcó a dos de sus “contactos”, pero solo con uno pudo entablar comunicación.
Le cobrarían 9 mil dólares, por lo que le dijo a uno de sus hermanos que vendiera una de las camionetas que tenía en Estados Unidos, adonde viajaba varias veces al año o permanecía por largos periodos desde que estaba en la secundaria.
Para ello, de su natal Huajales, poblado del municipio queretano de Pinal de Amoles, se dirigió a Monterrey, posteriormente cruzó el río Bravo y llegó a la ciudad texana de Laredo, donde abordó junto con otras personas el tráiler con rumbo a la zona norte de EU.
Su esposa María Guadalupe Ramírez Garay dijo que Marcial emprendió su aventura el pasado 19 de junio rumbo a Monterrey, para de ahí viajar a Nuevo Laredo, cruzar el río Bravo y llegar a Laredo.
“Él solo me dijo ‘ya tengo mi contacto para irme’; tenía dos. Había uno con el que solamente iba a brincar un muro, nada más les ponen un andamio, saltan y ya pasan, de aquel lado los levanta un carro y se van. Entonces estaba conmigo y le dijeron ‘espérate unas semanas, las personas andan en otro lado; no sé qué tan extenso sea el muro, andan por otro lado, espérate unas semanas más y yo te aviso’, pero mi niña cumple años en noviembre y dijo Marcial ‘no, es que yo ya me tengo que ir, me voy a ir con el otro contacto’, que le comentó que era (cruzar) por el río. A Monterrey y de ahí a Nuevo Laredo”.
María Guadalupe agregó que solo a su familia le comentó que abordaría el tráiler abandonado con más de 60 personas y que solo les quedaba “un retén” para llegar a su destino.
“A mí no me comentó que fuera en tráiler, pero a su familia sí les dijo que de ahí para allá los subían a los tráileres para pasarlos. A mí nada más me aseguró que solo le faltaba un pase. Después de pasar el río le faltaba un pase, un retén para pasar allá, que ya era lo último”.
No era la primera vez que Marcial enfrentaba complicaciones para viajar a EU, ya en alguna ocasión había fracasado.
Tenía menos de tres meses de haber regresado a México cuando decidió de nueva cuenta emprender el viaje a EU y por ello invirtió 9 mil dólares para pagar a su pollero.
“A mí me comentó que 9 mil dólares. Él antes que se viniera de allá tengo entendido que tenía un carro y le pidió a su hermano que lo vendiera y preparara el dinero para cuando él se fuera. Lo último que me dijo es que ya estaba de aquel lado y le pedí que se cuidara. Está su veladora prendida, le dije ‘estamos pidiendo a Dios por ti para que estés bien’ y me respondió ‘gracias, yo mañana te mando un mensaje, me voy a bañar’. Le dije ‘está bien, cuídate mucho’ y me quedé con esa idea, mañana te mando mensaje, pero ya no volvió a hacerlo, no volví a saber nada de él”.
Su esposa afirma que prefiere no albergar alguna esperanza de que pueda estar con vida porque ya le pidieron todas las fotos para poder identificarlo, sus tatuajes y otras señas particulares. Incluso su hermano que vive en Estados Unidos acudió a hacerlo.
“Al momento que sale en las noticias fue lo primero que pensé, porque él iba llegando ahí, a ese lugar, exactamente de donde partió, el trayecto que hizo el tráiler, él en ese lugar estaba. Mi niña sabe todo, yo no le quiero engañar y hacerla que sienta más dolor por esconderle algo”.
Ahora no se sabe cuándo regresará Marcial a Pinal de Amoles, de donde salió en busca del llamado sueño americano, pese a que su mujer le pidió no hacerlo.
“Él me dijo que no me desanimara, ‘haz lo que tienes que hacer, descansa, duérmete, todo va a estar bien’. Cuando ya estaba de aquel lado me dijo ‘Primeramente Dios, en unos días estoy adonde voy’.