Si viviera el torero regiomontano Manolo Martínez, este 10 de enero de 2022 cumpliría 75 años. En septiembre de 1976 lo entrevistamos en su casa de la colonia Obispado, de Monterrey.
Manolo, en la mayoría de tus entrevistas mencionas el término Toreo de Arte...
Sí, es mi gusto personal por torear, significa crear arte con el toro, con la fiera…
Aunque el arte no se explica, ¿esto qué implica?
Es una sensación muy bonita, es un placer poder crear belleza al dominar una fiera. El toreo para mí significa dominar una fiera, pero dominarla no nada más con fuerza o conocimientos, se trata de algo más, hacerlo, pero lo más bello posible.
Yo oigo de muchos taurinos que por lo general tienen problemas a la hora de entrar a matar.
Son problemas de inspiración. Hay veces que estoy inspirado a la hora de entrar a matar y hasta mato recibiendo. Alguien me dice que ahorita casi nadie lo hace.
¿En qué año se hizo matador?
En 1965, aquí en Monterrey. Me dio la alternativa el maestro Lorenzo Garza y fue testigo Humberto Moro.
Fortson es un periodista que lo entrevistó hace algunos años, si mal no recuerdo le preguntó, entre otras cosas, ¿cuáles eran los defectos por los que usted se consideraba como artista y como hombre? ¿Se acuerda?
Sí, yo lo dije que me considero un hombre normal como artista, como artista tengo mis cualidades y tengo mis defectos, y como hombre igual. Trato de no tener defectos, de tener los menos defectos.
¿Cuántos años se da todavía como matador? Es decir, no porque mermen sus facultades, sino porque considere que llegue el momento del retiro.
Pues eso no he pensado cómo pueda o cuándo (debo) llegar. Debe llegar de improviso, tiene uno que retirarse cuando se le acabe a uno el gusto por torear, que es cuando ya el miedo no se disfruta.
¿Usted disfruta el miedo?
¡Cómo no!… Cuando lo venzo.
¿Cómo nos puede explicar esto mejor?
Pues es un placer vencer
el miedo.
Vencer un problema difícil, triunfar en un problema, en un toro difícil.
¿Y esto se le presenta con frecuencia?
En todas las corridas.
¿En cada toro?
En cada toro, sí.
O sea, disfrutar el miedo, dices usted. Ahora, la muerte –le preguntaba Fortson en aquella ocasión–, ¿qué representa para usted?
En mi caso no pienso en ella. La muerte, muerte… yo defiendo mucho mi carrera para que no me maten en mi vida. Mis enemigos, ¿verdad? La manera de matarme, en vida, es retirarme de esto.
Durante la entrevista grabada para el programa Burladero 70, que conducía Antonio Córdova, nos acompañaron Enrique Romero Jasso y Federico Oviedo, amigos personales de Manolo. A mí me acompañó mi amigo Vico Canales, quien antes de terminar hizo la siguiente pregunta:
Manolo, aquí en Monterrey tenemos a las dos figuras máximas del toreo en México, tú y Eloy Cavazos. Se dice que ustedes están peleados, que no se hablan… [interrumpe Manolo].
No Vico, entre nosotros los toreros casi no hay rivalidad, me refiero a rivalidad personal. Una cosa es que uno quiera estar mejor que el otro y otra cosa lo que tú dices. Y respecto a la amistad, yo al menos llevo amistad con casi todos los toreros, con Cavazos también y desde luego nos hablamos lo que tenemos que hablar.