El líder de los diputados locales de Morena en el Congreso de Nuevo León, Ramiro González, asegura que es el alma de la fiesta cuando asa carne con su familia.
Bueno para dominar el balón en el parque de Cerrada Mount Richard, el diputado dice que arma unas retas de futbol con sus tres hijas cuando el tiempo lo permite.
Sentado en su sillón rodeado de adornos navideños, González comparte con MILENIO una de las frustraciones más grandes de su vida: no haber insistido lo suficiente en su sueño de ser futbolista, pues una lesión truncó su incipiente carrera.
Y aunque afirma que para hacer política no existe ningún ritual, recomienda documentarse con House of Cards.
¿Dónde nació, diputado?
Nací hace 47 años en el Fraccionamiento Lolita, entre las colonias Linda Vista y Valle de Linda Vista y ahí crecí. Siempre he vivido en Apodaca, ahorita pues más cerca de mi comité, en Cerrada Mount Richard.
¿Y su familia?
Es la razón por la que puedo cambiar las cosas. Es muy importante tener una esposa que me comprenda por el trabajo, sobre todo por el tiempo y las cosas que desafortunadamente se pierden como las reuniones familiares.
¿Qué le aburre y qué hace para evitarlo?
Soy una persona muy inquieta, siempre estoy leyendo o haciendo alguna actividad. Este trabajo es muy desgastante y queda muy poco tiempo libre.
¿Es de mente abierta?
Sí, totalmente. Me tocó vivir una generación donde la educación de los padres era recia y con un tipo de cultura diferente. Al momento de estar en la vida pública tú te das cuenta que tienes que ser progresista para adecuarte a los tiempos, ver por la diversidad.
¿Los antojitos son lo suyo?
Por supuesto, me como un plato de enchiladas y otro de tacos de barbacoa, si me chiflo que sean 8.
¿Cuál bebida es su preferida?
Soy muy cervecero y en segundo término el tequila, nada más que yo no soy de los que le revuelven. Me gusta disfrutar el tequila sin ninguna gota de limón.
¿Qué le apasiona?
Me gusta mucho el deporte, sobre todo el futbol y el americano. La neta me apasiona muchísimo la política, a veces me regaña mi esposa porque utilizo la política para conciliar con mis hijas.
Pero hay un pasado de atleta…
A los 10 años mi mamá me llevó a las fuerzas básicas del Monterrey. En aquel entonces el entrenador, Pepe Ledezma, me dijo que esperara tres años y yo los contaba día con día. Jugué de los 12 a los 23 años.
¿Ese es su sueño frustrado?
Obviamente el no haber debutado y lesionarme en el momento cumbre de mi carrera me afectó, porque cuando cumplí 23 años por fin me contrató el equipo de Morelia, en Primera División, donde iba a ser arquero, pero me lastimé la rodilla en una pretemporada. Tuve que parar un año y ya mejor me dediqué a estudiar de lleno.
¿Serie obligada?
House of Cards, te dice cómo no hacer política.
¿Extrovertido?
La verdad es que soy muy fiestero, aunque no amanezco porque prefiero la convivencia familiar. Cuando se podía, me gustaba irme al estadio de Rayados con una hora de anticipación para disfrutarlos.
¿Hay rituales en la política?
Creo que el verdadero significado del servidor público lo traes en la sangre.
¿Se va para competir por la alcaldía de Apodaca?
Ya fui regidor, secretario de Administración, prácticamente de todo. Básicamente estoy preparado para lo que el partido me pida, si me pide ir por una diputación federal pues me lanzo, no estoy obsesionado con un puesto, pero me falta ser alcalde de Apodaca.
¿Siente culpa por la corrupción que haya cometido algún conocido?
No, cada quien tiene sus actos y conciencia. Creo que en todos los partidos políticos hay personas buenas, pero también personas malas, y Morena no es la excepción. Clara (Luz Flores) tuvo que firmar un código de ética. Yo cuando ingresé me dieron un libro y presenté un examen.
¿Formar parte de la Cuarta Transformación lo absuelve de su pasado priista?
Yo le di mucho y nunca he renegado del PRI. Es diferente al que conocí hace 26 años que por cierto era muy parecido a Morena, porque era incluyente al darle oportunidad a las mujeres. Con los años comenzaron a cerrar puertas y a ser Club de Tobi, a alejarse de las causas sociales.
¿Cuál es su libro de cabecera?
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, uno de los primeros libros que leí.