Médicos Sin Fronteras pidió a los gobiernos de México y Estados Unidos "la suspensión de las políticas migratorias" que ambos países impulsan, pues de acuerdo con la organización "deben situar a las personas en el centro y asegurar a las víctimas de violencia el acceso a la asistencia humanitaria, los servicios de salud y la protección".
Indicó que aunque los migrantes centroamericanos salen de sus países de origen para huir de la violencia, ésta los alcanza, incluso en México, ya que tres de cada cuatro personas bajo el Programa Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés) "que han sido colocadas en Nuevo Laredo y fueron consultadas por MSF, sufrieron algún evento de secuestro".
En un informe criticó que pese a la obligación de los países de proteger la vida de las personas, el gobierno de Estados Unidos "ha establecido una serie de medidas en los últimos años diseñadas para limitar la migración desde México y el triángulo norte de Centroamérica y restringir el acceso al asilo".
"El gobierno estadunidense también ha presionado a México y otros países de la región para que adopten medidas más agresivas para frenar la migración y evitar que lleguen solicitantes de asilo a su frontera sur. Las políticas estadounidense han tenido el efecto perverso de empeorar la crisis humanitaria en la región", indica.
Una de las conclusiones de Médicos Sin Fronteras es que "las políticas migratorias basadas en la criminalización, la contención y la disuasión llevan a que la población migrante centroamericana escoja opciones cada vez más peligrosas para llegar a Estados Unidos".
Con lo que "quedan a merced de las redes de tráfico o se exponen a situaciones de violencia recurrente por parte de las organizaciones criminales que operan en las rutas de paso, todo ello con graves consecuencias para su salud física y mental".
Además, acusó "las prácticas abusivas de los gobiernos de Estados Unidos y México, incluyendo la detención de migrantes en condiciones inhumanas que afectan de forma notable a sus vidas y su salud", así como la "estancia en centros de detención se relaciona directamente con eventos de estrés agudo y es un elemento desencadenante potencialmente traumático".
La asociación denunció que la población de migrantes centroamericanos, solicitantes de asilo, "está atrapada por una combinación de barreras que suponen un riesgo para su salud física y mental".
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Se destacó que de 2017 a la fecha nada ha cambiado con relación a los migrantes, puesto que "México no es un país más seguro para la población migrante que lo que era en 2017. El territorio no es más amigable para los migrantes; 45. 8 por ciento de los migrantes, entrevistados por Médicos Sin Fronteras citan la violencia como componente para dejar su lugar de origen".
El responsable de salud mental, Néstor Rubiano, apuntó que se habla "de seres humanos, no de números; en muchos casos está claro que la migración es la única salida posible; quedarse no es una opción".
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