La organización Mexicanos Primero informó que en los últimos 27 años 34.5 millones de niños, niñas y adolescentes han participado en las consultas infantiles y juveniles que realizan cada tres años el Instituto Nacional Electoral (INE) y sus organizaciones dependientes.
Recordó que en dichas consultas, niñas, niños y adolescentes han planteado participar en la elaboración de los reglamentos internos, ser tomados en cuenta en la escuela, ser escuchados por sus maestras y maestros, ser incluidos en los asuntos escolares que les atañen, tener más escuelas, poder expresas sus opiniones, mejorar la infraestructura escolar, tener baños limpios y más becas.
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En la consulta del 2021, tras la pandemia por covid-19, el 28 por ciento de los adolescentes de 14 a 17 años señalaron que era necesario mejorar las instalaciones; de ellos, 22 por ciento propuso que les gustaría poder opinar y ser escuchados en la escuela.
Casi una década antes, en la consulta del 2012, sólo seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes, consideraba que en su escuela los baños estaban limpios, de igual manera, seis de cada 10 proponía contar con instalaciones y el equipo necesario para aprender en la escuela y siete de cada 10 menores de edad consideraba que para mejorar el país se requería tener mejor educación.
Y 10 años antes, en la consulta del año 2000, sólo 33 por ciento consideró que en su escuela era tomado en cuenta para elaborar las reglas o el reglamento escolar.
A pesar de la creciente participación de las niñas, niños y adolescentes, y el reiterado llamado a participar y mejorar los planteles educativos, la organización advirtió que en el único espacio dentro de la escuela que se les permite participar es en el Comité Escolar de Administración Participativa del programa La Escuela es Nuestra, donde tienen voz, pero no tienen voto.
Incluso, Mexicanos Primero expuso que solo pueden participar las niñas y los niños a partir del cuarto grado de primaria, en un consejo compuesto por seis personas y cinco adultos que tienen las funciones de recibir y administrar los recursos asignados al plantel, realizar el diagnóstico y elaborar el Plan de Trabajo, así como ejecutar las acciones y acuerdos adoptados en la Asamblea Escolar y llevar el registro y comprobación de los gastos para rendir cuentas del uso y aprovechamiento de los recursos.
Sin embargo, estas funciones no contemplan ningún proceso para participar en las decisiones que afectan directamente el bienestar y aprendizaje de los estudiantes.
La organización puntualizó que en el sistema educativo nacional no existe una instancia que escuche la voz de los menores de edad y mucho menos que se integre en las políticas educativas. lo que representa una visión de estudiantes pasivos y no como protagonistas de su proceso de aprendizaje.
Esto, agregó, tiene un impacto negativo en la garantía del Derecho a la Educación y en la conformación de una ciudadanía democrática, la cual se aprende en la escuela y en procesos participativos dentro de la misma.
“Garantizar el Derecho a la Educación es un deber de todo gobierno. En Mexicanos Primero, entendemos este derecho como resultado de una triple inclusión que comprende las dimensiones de estar, aprender y participar en la escuela, las cuales integran el derecho a aprender, finalidad última del derecho humano a la educación. Estas dimensiones se conciben en el marco de las perspectivas de derechos humanos, de igualdad, equidad, inclusión y de género", señaló la institución.
Asimismo, rescató la importancia de la participación de los estudiantes para fortalecer su propia autonomía dentro de la participación ciudadana.
“Participar en la escuela significa reconocer a las y los estudiantes como agentes de su propio proceso de aprendizaje y fortalecer su autonomía para que aprendan por sí mismos. Conlleva la posibilidad de escuchar y tener en cuenta las opiniones de niñas, niños y adolescentes de acuerdo con el principio del interés superior de la niñez”, añadió al comunicado.
De cara al arranque del próximo sexenio, la organización advirtió a las autoridades educativas tener presente que una mayor participación trae beneficios significativos, como el bienestar emocional, mejora las decisiones de política pública al integrar sus visiones y fortalece la democracia.
JATS