El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que México se encuentra frente a un periodo posneoliberal en el que se busca construir un nuevo ordenamiento político y de convivencia, acompañado de un modelo viable de desarrollo económico.
“Debemos demostrar que sin autoritarismo es posible trazar un rumbo nacional distinto, que la modernidad puede ser forjada desde abajo y sin excluir a nadie y que el desarrollo no tiene por qué ser contrario a la justicia social”.
En su libro Hacia una Economía Moral que estará disponible en versión digital a partir del 27 de noviembre, aseguró que durante su primer año de gobierno, “ha soplado buenos vientos y estamos llevando a la práctica una transformación con poca confrontación y sin violencia”.
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Sostuvo que aunque no dejan de existir, ni pretende que así sea, “las protestas de sus adversarios: los conservadores que se oponen a cualquier cambio verdadero y están como fuera de quicio”.
Sin embargo, aseguró que “no han podido construir un grupo o facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos”, porque están moralmente derrotados, ya que no han logrado establecer un paralelo entre la nueva realidad “y el último periodo de prostitución y oprobio neoliberal, que ha pasado a ser una de las épocas más vergonzosas en la historia de México”.
A lo largo del texto que se edita en el marco de su primer año de gobierno, López Obrador señala que los programas sociales de los últimos cinco sexenios solo fueron paliativos para la pobreza, “cuando no mecanismos perversos de control y manipulación con fines electorales”.
En materia de seguridad, el Presidente aseguró que su gobierno ha emprendido “un nuevo paradigma”, pues el resultado de los últimos 12 años “fue catastrófico y esa estrategia dejó un saldo pavoroso de muertos, desaparecidos, además de una crisis de derechos humanos, una descomposición institucional sin precedentes y un gravísimo daño al tejido social”.
Sostuvo que “los gobernantes pretendieron resolver la inseguridad y la violencia delictiva mediante acciones de fuerza militar y policial y el llamado populismo penal, consistente en endurecer los castigos a las acciones delictivas”.
Aseguró que su gobierno puso fin a la época de los “daños colaterales” y la prueba más clara de ello es que el operativo de detención de Ovidio Guzmán en Sinaloa fue una “verdadera prueba de fuego” que evitó la mascare de al menos 200 personas, la mayoría de ellos, civiles.
En el libro de 190 páginas que escribió durante los primeros meses de su gobierno, el Presidente sostiene que el modelo neoliberal que inició con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y se extendió durante los siguientes cuatro sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, se disparó la desigualdad en el país y el desequilibrio entre ricos y pobres “se profundizó como nunca”.
kvd