Simón Barquera Cervera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, dijo que a pesar de los avances que incuestionablemente se han registrado para fomentar la lactancia materna, no son suficientes para alcanzar la meta establecida para 2030, de que al menos 70 por ciento de las madres puedan practicar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, en condiciones óptimas.
“Si México quiere un liderazgo en el combate a la mala nutrición, debe mejorar la práctica de lactancia materna”, dijo al resaltar que el fomento a la lactancia materna incide de forma positiva en el combate al problema de la desnutrición y contribuye a evitar el desarrollo de enfermedades crónicas.
Barquera Cervera sostuvo que la lactancia materna exclusiva consiste en que el bebé sólo reciba leche materna y ningún otro alimento sólido o líquido, a excepción de soluciones rehidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos durante los primeros seis meses de vida. Por ello, concluyó, es necesario redoblar esfuerzos en materia de legislación a fin de que las madres trabajadoras, tanto en el sector formal como en el informal, puedan amamantar.
Con el lema “Facilitar la lactancia materna marcando la diferencia para madres y padres que trabajan” se llevó a cabo la Jornada Interinstitucional de Lactancia Materna 2023, en la que el director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Eduardo Lazcano Ponce, recordó que las organizaciones internacionales de salud han enfatizado que las mujeres no deberían tener que elegir entre amamantar a sus hijas e hijos o trabajar, ya que el apoyo a esta acción es posible independientemente del lugar laboral, sector o tipo de contrato.
Lazcano Ponce mencionó que la lactancia materna mejora la salud de niñas y niños; y también de las mujeres. Sin embargo, más de 500 millones de trabajadoras en el mundo carecen de facilidades en materia de maternidad en los primeros meses de vida del bebé, y otras más no tienen apoyo cuando regresan a la vida laboral.
Por ello, y para avanzar en la consecución de los objetivos en materia de lactancia materna, es necesario conjuntar la vida familiar y laboral, teniendo como premisa la protección de la maternidad y la paternidad, a fin de favorecer las prácticas óptimas, dijo.
Por su parte, la directora de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del CINyS, Anabelle Bonvecchio Arenas, indicó que la lactancia materna es una de las mejores inversiones para salvar vidas, mejorar la salud a corto y largo plazo e incrementa el desarrollo social y económico de las personas y las naciones.
Sin embargo, precisó que las mujeres enfrentan una serie de desafíos y barreras importantes para amamantar a sus bebés: prácticas y políticas hospitalarias y de atención médica inadecuadas; falta de conocimiento y apoyo calificado; licencia de maternidad insuficiente o ausente en el mercado informal; y la fuerte penetración y comercialización agresiva de sucedáneos de la leche materna.
En lo relativo al marco jurídico sobre la práctica de la lactancia materna, la oficial de Salud de Unicef México, Fernanda Cobo Armijo, llamó la atención sobre algunas tareas legislativas que están pendientes en nuestro país: avanzar en la homologación de criterios de transferencia de semanas entre patrón privado y Estado en lo relativo a las licencias de maternidad, así como garantizar que la ley contemple la instalación de espacios adecuados para la práctica de la lactancia.
Fernanda Cobo incluyó también la necesidad de aclarar en la ley lo relativo a la ayuda para la lactancia, poniendo especial atención en que no se trate de sustitutos o fórmulas. Se requiere revisar los criterios de expedición de permisos de paternidad entre patrón privado y público, y desde luego plasmar el resultado de esa revisión en la ley, así como incluir mecanismos que garanticen la obtención de un certificado de embarazo, porque la burocracia involucrada en la obtención de este documento constituye, hoy por hoy, un obstáculo para el acceso a la protección de la salud perinatal.
Sostuvo que, en virtud de que estos esfuerzos legislativos lamentablemente rendirían frutos sólo en lo relativo a trabajadoras de la economía formal, en el caso del ejercicio de la lactancia materna en un contexto de economía informal podrían explorarse mecanismos de apoyo como la implementación de una transferencia monetaria condicionada, es decir, dinero en efectivo con el que la beneficiaria pueda procurarse las condiciones de lactar adecuadamente.
La investigadora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), Bianca Fernanda Vargas Escamilla, destacó la importancia del proceso de embarazo, parto, puerperio y lactancia centrada en la persona, lo que implica favorecer el acompañamiento de la pareja evitando visiones en las que la responsabilidad material y afectiva del cuidado y la crianza del neonato recaiga exclusivamente en la mujer.
Vargas Escamilla añadió que la práctica de la lactancia es fundamental, no solamente desde el punto de vista de la salud física, sino incluso desde la generación del necesario y saludable vínculo afectivo entre la madre y la hija o hijo.
La integrante del Centro de Investigación en Salud Poblacional del INSP, Guadalupe Rodríguez Oliveros, señaló que la falta de lactarios en centros laborales, la existencia de reglamentos y puestos de trabajo que impiden la lactancia, así como creencias y prejuicios de la madre para continuarla, son factores que provocan el abandono de esta práctica.
Al hablar sobre el fomento de una cultura de lactancia materna en centros de trabajo, la especialista destacó la necesidad de impulsar políticas públicas donde se amplíe la licencia de maternidad, establecer jornadas menores de seis horas y reconocer a las instituciones o empresas que promueven la práctica.
LG