La organización Costa Salvaje advirtió que, de frente a las próximas elecciones, es imprescindible que el tema ambiental, y particularmente la protección de océanos y costas, pase a ser un tema prioritario de la siguiente administración.
Costa Salvaje ejemplificó que México es el cuarto país con mayor extensión de manglares y también de los primeros con las mayores tasas de deforestación, pues se estima que al año se pierden 10 mil hectáreas de manglar.
“Este es el último sexenio que tenemos para frenar el cambio climático, antes de que llegue a niveles catastróficos, tenemos que actuar con impacto. Es nuestra última oportunidad.
"México es un país sumamente vulnerable al cambio climático. Aunque tiene una herramienta para enfrentarlo, con el cuarto lugar con mayor superficie de manglar a nivel mundial, está talando 10 mil hectáreas de manglar al año”, denunció la organización.
En el contexto del Día Mundial de los Humedales, celebrado el 2 de febrero, la ONG destacó que los humedales, especialmente los humedales costeros, incluyendo los manglares, son imprescindibles para luchar contra el cambio climático, y también para adaptarnos a él.
Los manglares almacenan hasta 10 veces más dióxido de carbono que ecosistemas terrestres como la selva tropical. Además, estos, son barreras naturales contra tormentas, inundaciones, huracanes, y alzas en el nivel del mar.
Ante las crecientes amenazas del cambio climático, la protección, conservación y restauración de estos ecosistemas es cada día más importante.
En ese sentido, señalaron que proteger a los manglares es esencial para mitigar el cambio climático a nivel mundial, y para proteger a las comunidades costeras de las amenazas del cambio climático a nivel local, por lo que de frente a las próximas elecciones, es imprescindible que el tema ambiental, y particularmente la protección de nuestros océanos y costas, pase a ser un tema prioritario de la siguiente administración.
Cuestionaron qué hubiera pasado en Acapulco —en octubre— si sus manglares hubieran sido conservados.
“Es innegable que Otis ha sido de los huracanes más fuertes que ha pisado la costa mexicana, pero el nivel de desastre hubiera sido muy distinto si Acapulco todavía tuviera su barrera de manglar”.
Aseguran que del 2005 al 2020, se perdieron el 36% de los manglares de la Laguna de Tres Palos de Acapulco, justamente en la zona por donde Otis piso tierra.
“Y si esto pasó con Acapulco, ¿qué va a pasar con Tabasco, que año con año sufre de inundaciones y año con año sufre la destrucción de sus ecosistemas de manglar? ¿Y con Cancún? ¿Con Yucatán? ¿Con Oaxaca?”
El próximo sexenio termina en 2030, el año en el que, de acuerdo con el Acuerdo de París, es el último para evitar que el calentamiento global sobrepase los 1.5°C, y de esta forma, revertir los potenciales eventos catastróficos consecuencia del cambio climático.
“Para esto, se requiere que las emisiones de gases efecto invernadero sean reducidas en un 50% por lo menos. Porque este es el último sexenio que tenemos para frenar el cambio climático, tenemos que actuar con impacto. Es nuestra última oportunidad”.
En noviembre de 2022, México ajustó sus NDCs, según las cuales se compromete a reducir su emisión de gases efecto invernadero en un 35% (o hasta 40% dependiendo de los apoyos internacionales) para 2030.
Sin embargo, el país no ha tomado acciones para siquiera acercarse a cumplir con sus objetivos. La prueba piloto del sistema de comercio de emisiones (SCE) terminó en diciembre de 2022. Desde entonces, no se ha comenzado la fase operativa del SCE.
¿Qué se tiene que hacer?
Costa Salvaje indicó que se debe asegurar la protección y restauración de ecosistemas costeros y marinos, especialmente humedales costeros como manglares, para lo que se requiere un un SCE que realmente se traduzca en la reducción de emisiones, beneficios ambientales y para las comunidades vulnerables, que incluya protocolos para restauración de ecosistemas costeros y marinos.
Asimismo, se requiere una asignación adecuada y suficiente del presupuesto de egresos y acceso a financiamiento internacional para medio ambiente y cambio climático.
Por otro lado, es imprescindible promover la transición hacia una economía circular que incluya la recolección y gestión integral de los residuos, dignifique el trabajo de los pepenadores, y prohíba el uso de materiales tóxicos y no-reciclables. Esta transición económica también debe ser de emisiones cero, indicaron.
“México, debido a sus condiciones socioeconómicas y sus características geográficas, está catalogado como un país sumamente vulnerable al cambio climático. No debería de estar destruyendo sus manglares, debería de estarlos restaurando”.