Después de más de tres años y medio como titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo terminó esa gestión el viernes pasado y ahora verá la práctica amateur como un simple aficionado, además de que prevé volver a las actividades que paró por dedicarse a su cargo como funcionario público.
Castillo practica el pádel y el tenis. Considera que en cualquier deporte con raquetas es competitivo. Además tiene una colección peculiar de tenis que ponen de moda los raquetistas con reconocimiento a escala mundial, como el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer.
Tomó la Conade con ciertas críticas por no tener experiencia en un cargo deportivo, pero mencionó que esa cuestión no le impidió manejar el organismo.
¿Quién es Alfredo Castillo lejos del funcionario?
Pensé que con este cargo iba a tener más tiempo para jugar y no fue así, porque muchos eventos son en vacaciones, como los Juegos Olímpicos y Centroamericanos, que se realizaron en verano, y los fines de semana también hay muchas competencias; entonces te das cuenta de que los sábados y domingos son un día más de trabajo y me quitó tiempo de lo que antes, en Profeco, podía hacer, porque ahí sí no viajaba tanto y jugaba mucho pádel y tenis.
¿El cargo le demandó mucho tiempo?
Estás mucho en estadios y gimnasios y ahí no puedes estar pidiendo cosas muy nutritivas, de repente ya se te pasaron dos horas y te dan lo que hay ahí, un sándwich, una hamburguesa o unas papas, y pensaba: “Ya después cenaré bien”, pero al llegar la medianoche no hay mucho que cenar. Era absorbente.
¿Recuperará la actividad deportiva?
Sí, además ves el deporte diferente. Se extraña verlo como aficionado, lo disfrutas, y como dirigente tienes la obligación de obtener el resultado. Es una adrenalina mayor... los siguientes Juegos Olímpicos los veré por amor al deporte y por ver más allá de la nacionalidad, el talento y la mística que se llega a tener para lograr un resultado, y aquí había un tema de obligación y de estar resolviendo necesidades. Pero como lo he comentado, y es real, lo que tiene que ver con el tema del deporte amateur para mí es un capítulo cerrado.
¿Por qué el gusto de practicar pádel y tenis?
Desde muy chico comencé a jugar tenis porque siempre me apasionó. Jugaba futbol, pero en los veranos no nos juntábamos, y veías en las canchas que con una o dos personas más podía jugar singles o dobles, y después con unos amigos nos dimos cuenta de que nos gustaba mucho. En verdad sí es una obsesión, jugábamos desde la mañana hasta la noche. Hacíamos partidos irreales de cinco a nueve sets. Jugué nacionales y mi círculo de amigos se hizo sobre el tema del tenis; después conocí el pádel, y cuando vas creciendo arriba de 36 o 37 años, ya no cubres una cancha de singles a un buen nivel competitivo, pero te das cuenta de que una cancha de pádel es más chica, y así puedes seguir siendo competitivo a nivel profesional. No obstante tu edad o sin estar en tu mejor forma física, puedes competir. El juego de raquetas siempre se me dio con facilidad, ya sea frontón, squash, raquetbol, tenis y pádel.
Colecciona tenis, ¿cierto?
Es como un trauma de niño. En alguna ocasión se los pedí a mi papá y mandó a una persona que compró unos pirata y me resbalaba, no podía pegarle bien a la pelota, y se les metía el agua. Entonces le pedí otros tenis a mi papá y me decía: “hasta que te los acabes”, por lo que me propuse que, algún día, tendría la capacidad económica de comprarme los que quisiera, y después que me los compraba veía otros que me gustaban más. Así fue como empecé a comprarlos y coleccionarlos. Ya llevo seis o siete años, y me he dado cuenta de que es una colección interesante, porque no es tanto el costo, sino la paciencia de ir juntando los modelos que van saliendo de los mejores tenistas del mundo. Cuando veo que estos tenis los usó Rafael Nadal en 2009 o Roger Federer en 2012 adquieren un valor adicional. De ahí me he seguido por playeras firmadas, por la oportunidad que tuve de conversar con varios atletas y que te pueden dar el autógrafo.
Se habló mucho de que a la Conade no llegó con experiencia, ¿le ayudó la pasión que tiene por el deporte?
La pasión puede ser positiva, pero al final realizas un servicio público, como la gestión de recursos públicos, manejo de personal, el poder manejar una estructura administrativa, y eso es un falso dilema que se tiene al decir que se debe ser deportista para ser dirigente deportivo. Al final venía de ser abogado, administrador público, economista y politólogo.