Uso excesivo de la fuerza es un término que un organismo del gobierno estadunidense, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, sus siglas en inglés), reconoció haber usado en contra de más de 3 mil 500 personas durante operativos y revisiones en la frontera con México durante los últimos cuatro años.
Sus agentes sostienen que esa fuerza desproporcionada fue necesaria y resultó justificada. Según ellos “había que hacer valer la ley, incluso hasta el punto de recurrir a la fuerza letal”, se supo a través de una revisión que MILENIO hizo de narraciones en demandas judiciales y reportes de activistas, las cuales revelan que no siempre era necesario terminar en agresiones y asesinatos de la Border Patrol.
Según las estadísticas del CBP, se conoce hoy que en los últimos años sus agentes han utilizado la fuerza en 3 mil 578 ocasiones a lo largo de la frontera con México. Estos datos indican que los incidentes se registraron cuando los patrulleros, a bordo de sus vehículos o de lanchas, perseguían a gente presuntamente indocumentada. En diversas ocasiones también dispararon en contra de esas personas o, mínimo, los golpearon sin necesidad aparente.
Pero esta violencia sí ha tenido consecuencias fatales. Según registros de la organización civil The Southern Border Communities Coalition, durante estos cuatro años los operativos de la agencia terminaron en 169 muertes de migrantes en los límites con Texas y Arizona.
A pesar de las muertes y la denuncia pública de familiares y activistas, en la mayoría de los casos la Junta Nacional de Revisión del Uso de la Fuerza (NUFRB, por sus siglas en inglés) de la CBP ha determinado que en la mayoría de los casos el despliegue de fuerza cumplía con sus políticas vigentes.
Según reportes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, desde el año fiscal 2021 en que publican sus estadísticas, el uso de la fuerza en la frontera con México ha sido una constante y año con año se incrementa.
Durante ese año, se tuvo que hacer uso de la fuerza en 794 ocasiones. En el 42 por ciento de los casos se hizo utilizando lanchas o vehículos terrestres, mientras que en el resto de los casos no especifican, pero se asentó que fueron casos “menos fatales”, lo que permite inferir que en los demás el abuso de la fuerza fue excesivo y, en ocasiones, mortal.
Para el año 2022 los incidentes sumaron 998 casos y para el 2023 se incrementaron hasta mil 107. Este 2024 ya suman 679 casos. Durante estos años la tendencia mayoritaria para someter a las personas que pretenden cruzar hacia su territorio ha sido con el uso de vehículos, en al menos un centenar de ocasiones se hizo uso de la fuerza apoyada en armas de fuego.
Agentes con ira desmedida
Latinos contra latinos, una vez más, como se infiere de un comunicado de apenas tres párrafos: “Miguel Ángel Delgado Jr., de 40 años y residente de El Paso, utilizó fuerza excesiva en dos incidentes mientras estaba de servicio en el puerto de entrada del Puente de las Américas entre octubre de 2019 y junio de 2020. Como resultado del uso ilegal de la fuerza por parte de Delgado, las víctimas sufrieron lesiones corporales. Después de uno de los incidentes, Delgado presentó un Informe de registro de incidentes de CBP, en el que informó falsamente sobre el incidente”.
A diferencia de otros casos donde el CBP y el Departamento de Justicia se explayan en detalles, aquellos cuando los agentes hicieron uso excesivo de la fuerza son muy breves, y de hecho, en los documentos de este juicio, un gran número de ellos están clasificados como reservados.
La acusación es muy escueta, pero el testimonio de un agente de la misma Patrulla Fronteriza revela cómo un compañero suyo, en la frontera con Tamaulipas, utilizó la fuerza de manera desproporcionada contra ciudadanos que intentaban cruzar la frontera caminando, es decir, estaban formados en la fila para ingresar a Estados Unidos.
Matthew Harvey, subdirector de la División de Capacitación “menos letal” del CBP, declaró el 8 de abril de este 2024, ante un juez en la corte de Texas, haber recibido un video donde se puede ver al agente Miguel Ángel Delgado discutir con un par de peatones formados en la línea en octubre de 2019.
Al llegar al mostrador, uno de ellos admitió ante una agente del CBP que había olvidado su tarjeta para cruzar a la Unión Americana. La agente les pidió que se sentaran en una especie de área de revisión con sillas, lo cual hicieron con una mueca de desgano, aunque no precisamente en el sitio donde les indicaron.
Fue entonces cuando, según registraron las cámaras, Delgado Jr. se alteró y empezó a agredir físicamente a los mexicanos, que no habían hecho nada que justificara un uso de fuerza desmedida y tampoco un lenguaje violento.
“Ahora va a levantar el trasero, su noche se hizo mucho más larga, señor, está detenido. No sigue las órdenes, no las cumple, se resiste. Le estoy preparando un montón de otras cosas… oh, eres un tipo duro, ¿eh?”.
El agente Delgado, luego de esposar sus manos, golpeó a uno de los hombres contra una puerta, después le levantó los brazos muy alto hacia sus hombros, lastimándolo. El detenido fue empujado hacia una habitación donde le gritaban: “¡Cállate la boca!”.
Luego de revisar el testimonio en video, el experto Matthew Harvey declaró ante un juez de Texas que “la respuesta de Delgado –quien controla al peatón– parece ser de enojo y represalia. Levantar los brazos en alto conlleva un gran riesgo de lesiones para una persona, ya que no puede controlar su equilibrio y se ejerce una presión extrema y antinatural sobre sus hombros”.
Otro agravante para Delgado es que envió un informe falso sobre el incidente. Aseguraba que a pesar de haberse dirigido al transeúnte con “cortesía”, este le había dicho “Vete a la mierda, perra”. Así justificó el uso de la fuerza. Sin embargo, al hacer una revisión del video, el experto Harvey no encontró ningún dicho de esa naturaleza.
Pero no quedó ahí el historial del agente fronterizo. Su actitud, que debió ser detectada y denunciada, no trascendió y a Delgado se le permitió seguir trabajando bajo estos ataques de ira.
Como el de junio de 2020. Según los videos que también recibió Harvey, Delgado comenzó una interacción con otro peatón, otra vez se enojó y profirió: “Siéntate. Siéntate. Guarda el puto teléfono. Guarda el teléfono. Créeme, el único que va a perder eres tú”. Su interlocutor le contestó que Delgado no era el jefe para dar órdenes y el agente se descontroló: lo inmovilizó, poniéndole un brazo en el cuello de forma violenta.
A pesar de que no opuso resistencia, Delgado golpeó al individuo contra una fila de sillas colocadas a lo largo de una pared. La evidencia es que en este caso tampoco hubo una amenaza en contra del agente del CBP, quien desplegó un abuso de fuerza desproporcionado sin razón alguna.
Delgado aún no ha sido sentenciado. Su defensa ha solicitado al menos en un par de ocasiones que se desestimen los cargos en su contra.
Cultura de violencia
“La autoridad de la CBP tiene que hacer cumplir la ley, incluso hasta el punto de recurrir a la fuerza letal, conlleva la carga de la rendición de cuentas, que incluye la integridad y la transparencia”, advierte el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza en su informe.
Al hacer una revisión en sus informes públicos, en la mayoría de los casos la CBP asegura que la Junta Nacional de Revisión del Uso de la Fuerza o NUFRB garantiza que se cumplió con los lineamientos para hacer uno de la fuerza si los agentes se sienten amenazados.
Cabe destacar que la NUFRB está conformada por representantes de la Oficina de Operaciones de Campo de la CBP, la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos y las Operaciones Aéreas y Marítimas; también participan representantes de la Oficina de Responsabilidad Profesional del Servicio de Inmigración, y Control de Aduanas de los Estados Unidos; es decir, casi todos son de la misma órbita gubernamental.
En el informe actualizado en agosto de este año de The Southern Border Communities Coalition, revelan que, contrario a lo que asegura CBP, la falta de rendición de cuentas y supervisión, junto con su cultura de violencia, ha provocado la pérdida de vidas de cientos de personas migrantes.
Y aunque no en todos los casos se utilizó la violencia, el informe de la organización civil revela que de una u otra manera la falta de capacitación entre los agentes que tienen que ver con la vigilancia fronteriza ya ha cobrado la vida de al menos 169 personas, sobre todo en estados como Texas, donde históricamente se registra violencia al tratar de contener los cruces ilegales.
EHR