Senadora pide indagar presuntas esterilizaciones ilegales a migrantes mexicanas

La legisladora, Bertha Caraveo, consideró que el aumento de la migración ha llevado a que se incurra en prácticas que atentan contra los derechos humanos.

La senadora Bertha Alicia Caraveo. (Morena en el Senado)
Silvia Arellano
Ciudad de México /

La presidenta de la Comisión de Asuntos Fronterizos y Migratorios del Senado, Bertha Alicia Caraveo Camarena, exhortó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al Comité Internacional de la Cruz Roja, para que investiguen e intervengan ante las presuntas esterilizaciones e histerectomías realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) contra de mujeres migrantes mexicanas.

La senadora de Morena señaló que las autoridades deben investigar las posibles violaciones a los derechos reproductivos y sexuales en los centros de detención en Estados Unidos, y consideró que el aumento de la migración irregular ha llevado a que se incurra en prácticas que atentan gravemente contra los derechos humanos, así como el abuso contra las mujeres.

“Ellas, mujeres adultas, jóvenes, niñas y madres que parten de su lugar de origen para encontrar una vida mejor, huyendo de la violencia y la pobreza. Son por quienes con mayor razón tenemos que levantar la voz y exigir que el Estado proteja sus derechos fundamentales, incluso cuando se encuentren en otro país. Por ejemplo, las mujeres que migran a Estados Unidos”, expresó.

Advirtió que la criminalización que se da a la migración irregular ha hecho que a las personas se les detenga y se atente en contra de su dignidad, con prácticas ilegales y contrarias al derecho internacional humanitario en las que, de acuerdo con diferentes medios de comunicación, las mujeres son esterilizadas de manera forzada por parte de los médicos adscritos al ICE.

“Las mujeres hoy nos reivindicamos en el espacio público y privado, miles de nosotras tenemos metas, sueños y anhelos por cumplir, y es precisamente por ello que migramos, por ello nos desplazamos, por buscar mejores vidas para nosotras y nuestra familia.
Ser migrante jamás debe ser un delito y mucho menos la puerta de entrada a que se nos cosifique y que alguien se sienta con el derecho de tocarnos y mutilar nuestros cuerpos”, porque ésa es la realidad de miles de mujeres que se encuentran a su suerte en una jaula, en los centros de detención para migrantes en el país vecino”, afirmó.

Por ello, la legisladora Caraveo pidió que se salvaguarde la Convención Belem Do Para, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y los derechos reproductivos de todas las mujeres: 

  • Ejercer la sexualidad de manera independiente de la reproducción
  • Estar libre de discriminación, presión o violencia en la vida y decisiones sexuales.
  • Contar con acceso a educación sexual (y afectiva) desde temprana edad, dirigida al desarrollo de la persona y el ejercicio responsable de la sexualidad en forma plena, libre e informada.
  • Tener acceso a servicios médicos dignos.

Además de la violencia contra las mujeres, la violencia obstétrica se ejerce por profesionales de la salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos, y es manifestada a través de:

  • Malos tratos.
  • Humillaciones.
  • Insultos.
  • Amenazas y golpes.
  • Negación o rechazo a los servicios.
  • Abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.
  • Discriminación.
  • Desvalorización del embarazo y parto.

Caraveo Camarena afirmó que esta violencia no puede ser tolerada ni permitida por los países vecinos, ni por ningún Estado que alegue seguridad nacional, cuando la seguridad humana de las personas migrantes se ve mermada. Asimismo, los proyectos de vida se pueden ver alterados al forzar intervenciones quirúrgicas que no tiene ningún fundamento médico real.

La senadora pidió el acompañamiento de las autoridades mexicanas para las mujeres en esta situación, con la finalidad de que los consulados sean verdaderos centros de defensa en pro de los derechos humanos, sexuales y reproductivos. También, recordó que cualquier afectación a sus cuerpos y a sus derechos va “en contra de todas nosotras y de la conciencia pública democrática”.

​LP

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