En Morelos, sepultan a adulto mayor que murió en tiroteo de Chicago

Don Nicolás Toledo fue velado durante la noche y madrugada del domingo, y antes de ser llevado al panteón fue homenajeado con un acto espiritual de la religión Pentecostal.

Francisco Toledo, el hijo mayor de Nicolás, agradeció el apoyo de las autoridades de Morelos.
David Monroy
Morelos /

Mario Nicolás Toledo Zaragoza, una de los muertos por el tiroteo en Highland Park, fue sepultado este domingo en su lugar de origen, rodeado de amigos y su familia mas cercana.

El cuerpo de Toledo Zaragoza, de 78 años de edad, quien estaba en Estados Unidos de visita para arreglar algunos documentos de su residencia legal, pues había trabajado y se había jubilado en ese país, llegó este sábado al municipio de Tlaquiltenango, donde fue velado.

Francisco Toledo, el hijo mayor de Nicolás, agradeció el apoyo de las autoridades de Morelos, cuyas gestiones permitieron que el cuerpo de su padre estuviera en la entidad seis días después de los hechos, donde también resultaron heridos otros miembros de esa familia.

El cuerpo de Nicolás Toledo llegó a su pueblo natal en un féretro azul. Su familia mandó colocar varias lonas en un terreno de su propiedad, donde dispusieron sillas y mesas para recibir a la gente que comenzó a llegar desde la misma noche del sábado para velarle, y este domingo, para despedirlo en el modesto panteón local.

“Ha habido mucha compañía, pues mi padre (...) fue una persona que, hasta donde yo se, no anduvo robando, no anduvo matando. Con errores (…) perfecto no hay ninguno”, expresó su hijo Francisco.

Don Nicolás Toledo fue velado durante la noche y madrugada del domingo, y antes de ser llevado al panteón fue homenajeado con un acto espiritual de la religión Pentecostal, la cual profesa toda su familia, donde se realizaron diversos cantos y oraciones, sobre todo para el descanso, pero también para el arrepentimiento de su asesino de 21 años, de cuyos disparos, tres se alojaron en el cuerpo del señor.

El hijo de don Nicolás fue quien abrió la brecha para que la mayoría de sus hermanos y su propio padre migraran en la década de los 80 y 90 a los Estados Unidos. 

En entrevista, aseguró que la migración separa muchas familias, lo cual debe ser ponderado por quienes dejan sus casas como por las familias, pues muchos connacionales que se van a trabajar a los Estados Unidos sin un objetivo.

“No aprovechan, viven como si estuvieran aquí y el día que se vienen, se vienen peor. Yo les diría que si se van a ir, lo hagan con un propósito, y si no tienen uno, mejor que no se vayan”, agregó. 

JLMR 

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