Por razones de igualdad y equidad debe eliminarse del Código Penal de la entidad el delito “feminicidio” y reconocerlo como un crimen de odio, donde la raíz del problema no está en el término, sino en la educación y la cultura machista que subsiste en la actualidad, señaló el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Maurilio Hernández González.
“Finalmente es un homicidio que se trató de identificar para poder ubicarlo. A estas alturas ya deberíamos superarlo, finalmente tiene que haber otros protocolos, nos queda claro que son crímenes de odio, si no tendríamos que usar un calificativo para cualquier sector de la población al que pudiera orientarse una violencia sostenida permanente”.
Contrario a lo que expresó hace semanas la presidenta de la Comisión Especial para Combatir y Erradicar la Violencia Vinculada a los Feminicidios en la entidad, Karina Labastida Sotelo, el coordinador de Morena consideró que a este paso tendrá que otorgarse un calificativo distinto a cualquier hecho relacionado con violencia constante.
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Actualmente el homicidio calificado, sea de hombre o mujer, tiene una pena de hasta 70 años o prisión vitalicia en la legislación mexiquense, igual que en los casos de feminicidio, donde además la sanción incrementa hasta un tercio si la víctima es menor de edad, está embarazada o tiene alguna discapacidad y cuando el victimario es servidor público.
El capítulo vigente, desde enero de 2014, establece que la sanción de 40 a 70 años de cárcel o prisión vitalicia se dará cuando la mujer presente signos de violencia sexual, le hayan infligido lesiones o mutilaciones, actos de necrofilia, existan antecedentes de violencia familiar o relación sentimental, afectiva o de confianza; acciones de amenaza, o bien, que la víctima haya sido incomunicada, o cuando su cuerpo sea expuesto en lugar público.
La realidad, aseveró, muestra que la tipificación de este delito no ha servido para inhibirlo. “Creo que tenemos que evolucionar en esa definición, entiendo que en su momento fue útil porque se trató de llamar la atención”, refirió.
“Cualquier homicidio es un crimen de odio, salvo los que no son dolosos, pero el resto siempre lleva implícita alguna causa, un origen que lo provoca, ya sea de hombres o mujeres”.
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Al final, señaló, este problema tiene que ver con varios factores, un asunto cultural en una sociedad machista, por lo cual quizá haya que trabajar fuertemente en la psiquis de las personas, a través de la educación, la cultura y reinventarnos para que cambie realmente el tejido social.
En la Legislatura, añadió, han generado iniciativas para reformar la ley y darle mayor capacidad a la propia Fiscalía, donde la comisión del ramo ha estado presente.
KVS